(InfoCatólica) Agnus Dei Prod ha lanzado en su canal YouTube el documental "La Impureza (El Desorden de las Bestias)", una producción que aborda desde una perspectiva religiosa los estragos de la impureza en la historia de la humanidad y su impacto en la sociedad actual. A través de citas de la Sagrada Escritura y de textos de santos y teólogos, el documental plantea una denuncia contra la lujuria y sus efectos destructivos en el alma y en la comunidad cristiana.
El documental da comienzo con una cita de la Epístola de San Pablo a los Romanos, donde se advierte que la impureza es una consecuencia de apartarse de Dios, conduciendo a los hombres a la idolatría y a la degeneración moral. A partir de esta premisa, el documental explora eventos bíblicos como el Diluvio Universal, la destrucción de Sodoma y Gomorra y las penalidades sufridas por el pueblo de Israel como castigo divino por su corrupción moral.
La narración también hace un recorrido por la historia de la Iglesia, denunciando cómo la impureza ha llevado a desviaciones doctrinales y escándalos dentro de la jerarquía eclesiástica. Se citan a teólogos como San Agustín, Santo Tomás de Aquino y San Bernardo de Claraval, quienes advirtieron sobre las consecuencias espirituales de la lujuria y la necesidad de la pureza para alcanzar la santidad.
Uno de los puntos centrales del documental es la relación entre la impureza y la pérdida de la gracia divina. Se sostiene que el pecado de la carne no solo corrompe el cuerpo, sino también el alma, volviendo a la persona incapaz de recibir las bendiciones de Dios. A su vez, se enfatiza que la lujuria lleva a la ceguera espiritual, al endurecimiento del corazón y a la esclavitud de las pasiones, impidiendo la conversión y la salvación del alma.
El documental no solo se limita a la denuncia, sino que también ofrece soluciones para combatir la impureza. Entre los remedios propuestos se encuentran la oración constante, la mortificación corporal, la confesión sacramental, la devoción a la Virgen María y la vida de penitencia. Se subraya la importancia de la humildad y la obediencia a Dios como medios eficaces para mantenerse alejados de las tentaciones de la carne.
Por último finaliza con una exhortación a los fieles a perseverar en la lucha por la pureza, recordando que el mundo moderno está cada vez más expuesto a la inmoralidad y que solo con una vida centrada en Cristo es posible resistir los embates del pecado.