(InfoCatólica) El cardenal aborda en la entrevista la Novena de nueve meses en honor a Santa María de Guadalupe convocada el año pasado convocada por él, en la que participaron al menos 190.000 personas. «Muchos fieles comprendieron la importancia de esta oración y la realizaron cada día, aunque no estuvieran inscritos», destaca el cardenal. Señaló que esta respuesta demuestra la sed espiritual que persiste entre los creyentes, a pesar de la secularización generalizada. «La consagración a Nuestra Señora no puede ser un acto puntual; es un compromiso de vida», afirma.
La importancia de la devoción en la Nueva Evangelización
Burke subraya que la devoción a la Virgen y a los santos es esencial para la evangelización moderna, ya que nos lleva directamente a Cristo. «Sin devoción, la fe se convierte en una simple idea o ideología, lo cual no inspira ni transforma a las personas», señala. Lamenta la pérdida de la vida devocional tras el Concilio Vaticano II y aboga por su restauración para fortalecer la fe de los creyentes.
Según el cardenal, la renovación de la devoción también tiene implicaciones sociales. «Una sociedad que rechaza la vida de oración se vuelve hostil a la vida misma, al matrimonio y a la libertad religiosa», advierte. Destaca la importancia de la adoración eucarística y la confesión regular como medios para fortalecer la identidad católica.
La crisis en la Iglesia y el Sínodo sobre la Sinodalidad
Respecto a los recientes debates en el Sínodo sobre la Sinodalidad, Burke critica la ambigüedad de algunos de sus documentos. «La cuestión del diaconado femenino no está abierta», afirma con rotundidad, recordando que la Iglesia ha enseñado siempre que el sacramento del orden está reservado a los varones.
También alerta sobre los peligros del término «sinodalidad», ya que carece de una definición precisa y se ha utilizado para promover agendas que no siempre están en línea con la tradición católica. «Los fieles deben ser cautelosos con esta idea», dice, y pide a los católicos que recen por sus obispos para que permanezcan fieles a la doctrina de la Iglesia.
Burke expresa su preocupación por la falta de claridad en los mensajes eclesiales, destacando que la confusión doctrinal puede llevar a los fieles a la desorientación espiritual. Insiste en que la Iglesia debe centrarse en la enseñanza auténtica de Cristo y no en corrientes de pensamiento pasajeras.
Restricciones a la Misa Tradicional
Burke expresa su preocupación por las restricciones impuestas a la Misa Tradicional en latín tras el motu proprio Traditionis Custodes. «Es una situación injusta y dolorosa para muchos fieles», afirma. Cuestiona la idea de que haya una “nueva teología” de la Eucaristía o del sacerdocio que justifique tales restricciones y afirma que la Misa Tradicional sigue siendo una fuente válida de espiritualidad para muchos católicos.
Además, hace hincapié en que el ataque a la liturgia tradicional no es solo un asunto disciplinario, sino que refleja una crisis más profunda dentro de la Iglesia. «Los ataques a la Misa Tradicional han sido siempre una táctica de quienes buscan erosionar la fe», afirma. Según Burke, restringir el acceso a la liturgia tradicional significa privar a muchos fieles de una fuente de fortaleza espiritual.
Un llamado a la fidelidad en tiempos de crisis
Sobre la crisis de liderazgo en la Iglesia, Burke reconoce que muchos fieles están desorientados y tentados de abandonar la institución. Sin embargo, enfatiza que la respuesta no es separarse en grupos cismáticos, sino mantenerse fieles a Cristo dentro de la Iglesia. «Podemos sufrir, pero debemos permanecer en la Iglesia. La respuesta es luchar el buen combate de la fe», sentencia, citando a san Pablo.
También hace referencia a figuras históricas como san Atanasio, quien sufrió persecución por defender la fe, y anima a los católicos a mantenerse firmes incluso en momentos de prueba. Burke subraya la necesidad de que los obispos y sacerdotes sean valientes en su defensa de la doctrina católica, aunque esto signifique ir contra la corriente.
Finalmente, el cardenal subraya la urgencia de una auténtica reforma basada en la conversión personal, una catequesis sólida y el fortalecimiento de la disciplina eclesiástica. «Solo una renovación de la fe puede devolver a la Iglesia su vitalidad y misión en el mundo», concluye.
La importancia de la oración y la acción
Burke concluye la entrevista enfatizando que la fe católica no solo requiere una comprensión teórica, sino también una vida de oración y acción. Invita a los fieles a profundizar en su relación con Dios mediante la lectura de las Escrituras, la práctica de la oración diaria y la participación en la vida sacramental. «El cambio comienza en cada uno de nosotros», afirma, llamando a una renovación espiritual tanto individual como comunitaria.
El cardenal también destaca el papel crucial de la familia en la transmisión de la fe. Subraya que la formación religiosa en el hogar es fundamental para la construcción de una Iglesia fuerte y comprometida con la verdad. «Los padres tienen la gran responsabilidad de educar a sus hijos en la fe verdadera», afirma.
Por último, Burke alienta a los fieles a no desanimarse ante los desafíos actuales, sino a confiar en la providencia de Dios y mantenerse firmes en su fe. «La historia de la Iglesia está llena de momentos de crisis, pero la fidelidad a Cristo siempre ha prevalecido», concluye con esperanza.