(ACN/InfoCatólica) «En Ayuda a la Iglesia Necesitada estamos profundamente conmovidos por la situación en Myanmar. Esta jornada es una oportunidad para que todos, sin importar su lugar de origen, pueden unirse en una súplica común por la paz y la reconciliación», expresa Regina Lynch, presidenta ejecutiva de ACN Internacional.
Jornada mundial de oración
«Durante la jornada de oración queremos recordar a las víctimas y fallecidos en el conflicto, pidiendo consuelo para sus familias y paz eterna para los que han partido. Nuestros hermanos y hermanas experimentan bombardeos, hambre, falta de electricidad y escasez de medios. Muchas veces los sacerdotes y las religiosas tienen que estar días de camino para alcanzar las parroquias más lejanas, viviendo situaciones peligrosas pero, a pesar de todo, siguen realizando su labor», explica Lynch.
Llamada de la Iglesia birmana
ACN quiere seguir así la petición de la Iglesia birmana en favor del fin de la guerra. «Nos agradecen las ayudas de los benefactores y nos piden: “Por favor rezar por nosotros, rezar por nuestra seguridad, rezar por nuestras familias, rezar por nuestra gente”, así que eso es lo que queremos hacer», afirma Lynch.
En esta jornada, ACN propone pedir además por los fieles que han sido desplazados de sus hogares y viven escondidos, enfrentando la incertidumbre y la pobreza. La fundación pontificia quiere también recordar a los jóvenes, muchos de los cuales han sido evacuados por la guerra y enfrentan un futuro difícil debido a las constantes amenazas. Solicita oración también por las religiosas y religiosos, quienes arriesgan su vida para llevar ayuda espiritual, a veces viviendo al aire libre para protegerse de los bombardeos, pero no pierden la esperanza; así como por las vocaciones que están surgiendo en medio de este sufrimiento.
Los cristianos en Myanmar son el 8% de la población, según datos del Informe Libertad Religiosa en el Mundo, que edita ACN. Los católicos son apenas el 1,1% de la población, en torno a 600.000 personas. La Iglesia católica se ha visto afectada directamente, con el desplazamiento forzoso de feligreses, la detención de varios sacerdotes y la destrucción durante bombardeos de numerosas iglesias.
Aniversario del golpe de Estado
El 1 de febrero de 2021, los militares de Myanmar derrocaron al Gobierno civil elegido democráticamente, declararon el estado de excepción y crearon un Consejo Administrativo Estatal, que es un régimen militar dirigido por el comandante en jefe de las fuerzas armadas, el general en jefe Min Aung Hlaing. El Gobierno dirigido por civiles, encabezado por Aung San Suu Kyi y su partido, la Liga Nacional para la Democracia, había sido reelegido para un segundo mandato en las elecciones de noviembre de 2020 con una mayoría abrumadora, pero fue derrocado mediante un golpe de Estado justo antes de formar el nuevo gobierno.
Las cifras de un drama humanitario
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en agosto de 2024, el número de desplazados internos ascendía a 3,3 millones de los cuales el 40% son niños. El relator especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos en Myanmar, Thomas Andrews, ha descrito la situación de los derechos humanos en el país como «de mala a peor y a terrible». Mientras el régimen militar lleva a cabo una implacable y brutal represión contra los grupos prodemocráticos y una ofensiva cada vez más intensa contra las comunidades étnicas, se han destruido más de 28.000 hogares y 13.000 niños han muerto asesinados desde que se produjo el golpe de Estado.