(ACIPrensa/InfoCatólica) El 9 de enero, Manila fue testigo de una de las procesiones religiosas más impresionantes del mundo, la «Traslación» del Nazareno Negro, que reunió a cientos de miles de peregrinos devotos. Esta procesión, celebrada cada año en enero, consiste en llevar por las calles de la ciudad una réplica de la famosa estatua de Jesús, de tamaño natural, que sostiene una cruz de madera negra. La devoción hacia el Nazareno Negro es tan profunda que, a pesar de ser uno de los pocos países de Asia con una población mayoritariamente católica, Filipinas es hogar de una de las expresiones religiosas más vibrantes de la región.
Los organizadores de la procesión estimaron que alrededor de 220,000 personas asistieron a la Misa previa al inicio del evento, y que más de 800,000 se congregaron en la iglesia durante la noche del jueves, según reportes de Philippine Star. A medida que avanzaba la procesión, las multitudes aumentaban, con cientos de miles más uniendo sus pasos a los de los devotos.
Muchos de los participantes, como es tradición, caminaron descalzos, algunos incluso se subieron a la carroza para aferrarse a la cruz de la estatua, un acto que refleja el fervor religioso que caracteriza este evento. Adan Jeffrey, un turista británico de 26 años que asistió al evento, comentó a Rappler: «Nunca había visto algo así... la devoción que tienen para esperar tanto tiempo para besar la estatua es bastante fenomenal». Jeffrey, quien fue criado como católico, pero ahora se identifica como ateo, expresó que «nunca había sentido tanta pasión por algo como esta gente por la religión. Así que es increíble verlo, realmente me abre los ojos».
La pandemia de COVID-19 interrumpió gravemente la procesión en los últimos años, cancelando el evento en 2020, 2021 y 2022. Aunque en 2023 la participación fue considerablemente menor, con alrededor de 103,277 fieles, el 2024 marcó el regreso de la procesión a su tamaño y fervor tradicionales. En ese año, se introdujeron nuevas restricciones, como la colocación de la estatua en una vitrina, lo que impidió que los fieles se subieran a la carroza, aunque muchos desafiaron la normativa.
La imagen del Nazareno Negro, que se cree fue traída desde México por misioneros agustinos recoletos en 1606, está actualmente consagrada en la Basílica Menor de la Iglesia de Quiapo, en Manila. Esta venerada estatua ha resistido incendios, terremotos, tifones y bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. La iglesia de Quiapo sigue siendo un lugar de peregrinación diaria, donde miles de fieles se reúnen para asistir a Misa y confesión.