(ACIPrensa/InfoCatólica) El pasado 19 de noviembre, un evento que muchos interpretaron como un milagro conmocionó a la ciudad de Cuenca, al sur de Ecuador. La imagen del Señor de las Aguas de Girón, reconocida por su intercesión para atraer la lluvia, llegó en peregrinación a la ciudad en un momento crítico debido a la prolongada sequía que afectaba a la región.
Cuando la venerada imagen ingresó a Cuenca, una inesperada lluvia comenzó a caer sobre el sector de Soldados, una de las áreas más castigadas por la sequía y que enfrentaba un incendio activo.
«Ayer, en Cuenca, cuando la imagen entraba a la ciudad en peregrinación, comenzó a llover en uno de los sectores, llamado Soldados, donde había un foco de incendio. Con la lluvia, el fuego se apagó por completo. Aunque hay otros focos que aún persisten, al menos en esa zona los incendios se controlaron justo cuando llegaba el Señor de Girón», relató Mario Calle, director de Radio Católica Cuenca, en diálogo con ACI Prensa.
Este hecho ha sido considerado por muchos fieles como una señal divina, especialmente en un contexto donde la sequía y los incendios han causado graves problemas en la región. Mientras tanto, la llegada de la imagen continúa generando esperanza entre los habitantes, que rezan por un alivio definitivo a esta crisis climática.
En respuesta a esta crisis, el Arzobispo de Cuenca, monseñor Marcos Pérez, accedió a la solicitud y pidió al padre Julio Castillo que trajera la imagen del Señor de las Aguas de Girón, conocida por traer lluvia en tiempos de sequía. La comunidad la recibió con entusiasmo, ya que esta imagen tiene 450 años de historia y ha provocado lluvias en situaciones similares. Calle recordó que la última vez que se recurrió a ella fue hace 12 años.
La peregrinación comenzó con una misa de envío a las 7:00 a.m. La imagen recorrió 36 kilómetros desde Girón a Cuenca, acompañada de una caravana de 150 vehículos. A su llegada, miles de personas la recibieron con flores, incienso, perfumes y fuegos artificiales. «Fueron más de 10 mil personas las que llegaron a la ciudad de Cuenca y se celebró la Eucaristía de envío en una iglesia completamente llena. Luego, la imagen fue transportada en vehículos», comentó Calle.
Al llegar al sector de Soldados, donde había un incendio, comenzó a llover, apagando el fuego. «Con la lluvia, el fuego se apagó por completo», relató Calle.
El sacerdote Juan Carlos Vásconez destacó la relevancia de este acto de fe. «Aunque desde hace varias semanas los sacerdotes en Ecuador han venido realizando rogativas por la lluvia durante la Misa, pidiendo por distintas necesidades, esta manifestación de fe ha sido especialmente significativa», explicó.
La jornada culminó con una Misa en la Catedral de la Inmaculada Concepción, presidida por Mons. Marcos Pérez, quien estuvo acompañado por más de 7.000 fieles.