(LSN/InfoCatólica) El pasado 14 de noviembre, Ryan Walters, superintendente estatal de Oklahoma, anunció en un comunicado de prensa la llegada de más de 500 Biblias a las aulas del estado. Esta iniciativa busca restaurar la presencia de la religión y el patriotismo en el sistema educativo, según Walters, quien considera este paso crucial para garantizar que los estudiantes comprendan plenamente la historia de Estados Unidos.
«Estamos enfocados en garantizar que las Biblias estén disponibles en cada aula de nuestro estado lo antes posible», afirmó Walters. «Tomaré todas las medidas necesarias para asegurar que los estudiantes de Oklahoma tengan los recursos que necesitan para entender completamente nuestra historia».
El primer lote de Biblias será distribuido en las aulas de Gobierno de nivel avanzado (AP), con planes de extender la entrega a todas las escuelas del estado. Esta distribución es parte de una iniciativa impulsada por la nueva Oficina de Libertad Religiosa y Patriotismo, creada por la administración de Walters.
Además de las Biblias, Walters anunció que las escuelas contarán con copias del Juramento a la Bandera, la Declaración de Independencia, la Carta de Derechos y la Constitución de los Estados Unidos, en un esfuerzo por reforzar el conocimiento de los fundamentos históricos y culturales del país.
Falta saber si las Biblias que se distribuirán serán las versiones mutiladas sin los Deuterocanónicos o las Biblias completas según el canon de la Iglesia Católica establecido en el concilio de Trento.
Reacciones
La medida no ha estado exenta de críticas. Según Walters, políticos, medios de comunicación y activistas que calificó de «woke» están luchando contra lo que considera la restauración de valores tradicionales en las escuelas.
En junio, Walters afrontó dos demandas legales tras emitir un mandato que exigía la inclusión de la Biblia en los planes de estudio para estudiantes de quinto a duodécimo grado. Algunas escuelas han declarado su intención de ignorar esta directiva, argumentando que carece de base legal.
Además, algunas instituciones escolares se han negado a mostrar a los estudiantes el video en el que Walters anuncia la creación de la Oficina de Libertad Religiosa y Patriotismo, al considerar que el superintendente no tiene autoridad para imponer tales mandatos.
Superintendente
Un superintendente estatal es el funcionario público encargado de supervisar y dirigir el sistema educativo de un estado en los Estados Unidos. Este puesto, también conocido en algunos estados como superintendente de educación pública o jefe estatal de instrucción pública, es una figura clave en la administración educativa estatal, y sus responsabilidades pueden variar ligeramente según el estado.
Funciones principales:
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Liderazgo educativo: El superintendente estatal establece la visión y las metas educativas para las escuelas públicas del estado, asegurando que los estándares de calidad sean cumplidos.
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Implementación de políticas: Supervisa la aplicación de políticas educativas aprobadas por el gobernador o la legislatura estatal, y trabaja en colaboración con el Consejo Estatal de Educación.
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Distribución de fondos: Gestiona el presupuesto estatal destinado a la educación, distribuyendo los fondos a los distritos escolares de manera equitativa y conforme a las leyes estatales.
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Desarrollo curricular: Supervisa el desarrollo e implementación de los planes de estudio, estándares educativos y programas escolares.
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Evaluación del desempeño escolar: Coordina las evaluaciones de las escuelas, estudiantes y docentes, asegurándose de que los resultados cumplan con las metas estatales y federales.
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Representación estatal: Actúa como representante del estado en asuntos relacionados con la educación a nivel nacional, defendiendo las necesidades y prioridades educativas ante el gobierno federal.
Designación:
El superintendente estatal puede ser:
- Electo directamente por los votantes del estado, como ocurre en lugares como Oklahoma.
- Nombrado por el gobernador o el Consejo Estatal de Educación, dependiendo de las leyes de cada estado.
