(LifeSiteNews/InfoCatólica) Una de las asociaciones médicas más importantes del país ha calificado de defectuoso y lleno de «varias deficiencias» un proyecto de ley canadiense que ofrece anticonceptivos «gratuitos» a todos los canadienses.
La Asociación Médica Canadiense, según Blacklock's Reporter, afirmó en un reciente comentario que el proyecto de ley C-64, también conocido como «Ley de respeto a la asistencia farmacéutica», sólo perpetuará «el enfoque fragmentado de Canadá en la compra de productos farmacéuticos, que se traduce en precios de los medicamentos más elevados que en los países con sistemas públicos universales de asistencia farmacéutica».
El proyecto de ley C-64 fue presentado por el ministro canadiense de Sanidad, Mark Holland, a principios de este año y recientemente aprobado por la Cámara de los Comunes. Ahora se encuentra en los comités del Senado para su revisión.
El proyecto de ley permitirá el «acceso universal a los anticonceptivos», incluida la «píldora del día después», un punto que los liberales de Trudeau han planteado muchas veces.
El proyecto de ley, según ha observado la Asociación Médica Canadiense, insta a crear una «Agencia Canadiense del Medicamento», pero no proporciona ninguna forma de hacerlo ni le otorga ningún poder. El proyecto de ley permite al gobierno federal gastar a su antojo tirando el dinero como le parezca para financiar anticonceptivos y otros medicamentos. Además, el proyecto de ley C-64 parece interferir en la cobertura de los medicamentos por parte de los seguros privados, lo que constituye un obstáculo que debe examinar la comisión del Senado, señaló la Asociación Médica Canadiense.
Aunque el proyecto de ley C-64 insta al Consejo de Ministros a «trabajar para la implantación de un sistema nacional de farmacia universal», no se ha fijado un plazo para ello.
La Asociación Médica Canadiense afirmó que el proyecto de ley «no dotará a Canadá de la capacidad institucional necesaria para proporcionar un acceso universal justo y eficaz» a los medicamentos de prescripción necesarios.
La mayoría de los canadienses ya tienen cobertura farmacéutica a través de su trabajo o de un programa provincial.
El responsable de política de la Asociación Canadiense de Jubilados, Bill VanGorder, declaró en mayo sobre el proyecto de ley, advirtiendo de que «la propuesta del gobierno federal de un único pagador público para la prestación farmacéutica tememos que pueda desplazar a los pagadores privados, que actualmente cubren a la mayoría de los canadienses».
Esto podría significar que los canadienses podrían verse obligados a aceptar un plan de seguros que cubra la anticoncepción y las píldoras abortivas. Muchas organizaciones cristianas y católicas que ofrecen cobertura de seguros optan por no hacerlo.
Campaign Life Coalition, el principal grupo pro-vida de Canadá, según informa LifeSiteNews, dijo que el proyecto de ley C-64 no es más que un plan para difundir la «gran mentira» de que las mujeres no tienen control sobre su fertilidad a menos que estén «reventando» anticonceptivos.
El proyecto de ley de farmacia de Trudeau también promueve los fármacos para abortos caseros o químicos, que suelen realizarse mediante la ingestión de medicamentos como el Mifegymiso. En enero, el CLC informó sobre una joven canadiense de 19 años que murió tras tomar Mifegymiso.
Para los católicos, la doctrina de la Iglesia que prohíbe el uso de anticonceptivos artificiales, incluida la píldora del día después y los fármacos inductores del aborto, ha permanecido constante. La Iglesia católica también proclama que el derecho a la vida de toda persona inocente, desde la concepción hasta la muerte natural, es una verdad conocible por la razón y contenida en la ley natural.
