(Agencias/InfoCatólica) Por un resultado de 267 votos a favor y 50 en contra, el senado francés ha aprobado respaldar el texto que la Asamblea Nacional votó el 30 de enero.
El lunes se celebrará en Versalles un Congreso conjunto entre diputados y senadores donde se modificará la Carta Magna y, al estar asegurada una mayoría de tres quintos de los votos, se incluirá esta reforma constitucional.
En Francia, el aborto es legal desde 1975 gracias a la ley impulsada por Simone Veil, una figura política clave de la derecha francesa.
Macron, igualmente un referente de la derecha política, no solo en Francia sino en toda Europa, se ha salido con la suya. «Me comprometí a convertir en irreversible la libertad de las mujeres a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo inscribiéndola en la Constitución. El Senado ha dado un paso decisivo», ha asegurado el presidente en la red social X.
Algunos políticos conservadores habían introducido enmiendas al texto, pero no han salido adelante. Como ejemplo, el presidente del grupo mayoritario del partido conservador de Los Republicanos (LR), Bruno Retailleau, era partidario de incluir en la Constitución el derecho a la cláusula de conciencia del personal médico respecto a los abortos. No habrá dicha cláusula.
El ministro de Justicia francés estaba también exultante: «Hemos escrito una página de la historia de los derechos de la mujer. Este es un voto histórico. Seremos el primer país del mundo en inscribir en la Constitución esta libertad para las mujeres de disponer de su cuerpo», ha proclamado Éric Dupont-Moretti, encargado de defender la reforma por parte del Ejecutivo.
Aunque ha reconocido que en la actualidad el derecho al aborto no está amenazado en el país, el ministro de Justicia considera «necesario» inscribir el aborto para que «en el futuro ninguna mayoría pueda ponerlo en cuestión» y ha recordado los casos de Hungría o Polonia, donde partidos conservadores han restringido el derecho al aborto, advirtiendo que en el futuro puede suceder también en Francia. Lo que no ha explicado es cómo se podría evitar tal cosa en el poco probable hecho de que en dicho futuro hubiera una mayoría de diputados y senadores partidarios de volver a cambiar la Constitución.