(Agencias/InfoCatólica) En el año 2017 los gobiernos regionales de Valonia y Flandes prohibieron por decreto el sacrificio de animales sin aturdimiento. Las comunidades judías y musulmanas en Bélgica protestaron por el impacto de la medida para el sacrificio por medio del rito judío (kosher) y musulmán (halal).
Quien era en ese momento presidente del Congreso Europeo Judío, Moshe Kantor, llegó a calificar la decisión como el mayor asalto a los derechos de la comunidad judía en Bélgica desde la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Ayer martes, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha sentenciado que los decretos no violan ni la libertad religiosa ni la prohibición de discriminación.
Las leyes animalistas en Europa establecen la prohibición de sacrificar animales fuera de un matadero y sin aturdirlos antes, mientras que los ritos musulmán y judío exige que el animal esté consciente. Precisamente atendiendo la presencia de comunidades musulmanas y judías que, como es lógico, quieren practicar su rituales religiosos, la mayoría de dichas leyes contienen excepciones para permitirlos. En Bélgica se dejó la cuestión en manos de los gobiernos regionales. Dos de ellos prohibieron esos ritos.
Entonces, trece ciudadanos belgas y siete ONGs que representan a las comunidades musulmanas de Bélgica, así como autoridades religiosas nacionales y locales de las comunidades musulmanas turca y marroquí de Bélgica y belgas de confesión judía residentes en Bélgica, decidieron recurrir ante el Tribuanl DDHH de Estrasburgo, alegando que se habían vulnerado su derecho a la libertad religiosa y que a los creyentes judíos y musulmanes les resultaría difícil, si no imposible, sacrificar animales conforme a los preceptos de su religión u obtener carne de dichos animales.
En su sentencia, la Corte señala por unanimidad, que no ha habido violación del artículo 9 relativo a la libertad religiosa ni del artículo 14 que prohíbe la discriminación. Los jueces consideran que los decretos fueron adoptados tras una extensa consulta con representantes de varios grupos religiosos, veterinarios y asociaciones de protección animal y tras considerables esfuerzos para reconciliar los objetivos de promoción del bienestar animal y la libertad religiosa. También consideran que tanto Flandes como Valonia intentaron buscar una alternativa proporcionada a la obligación de aturdimiento previo:
«Basándose en estudios científicos y en amplias consultas con las partes interesadas, los trabajos parlamentarios llegaron a la conclusión de que ninguna medida menos radical podía alcanzar suficientemente el objetivo de reducir los perjuicios para el bienestar de los animales en el momento del sacrificio».
Es decir, la propia literalidad de la sentncia dictamina que el bienestar de los animales está por encima de las normas religiosas, a pesar de lo cual los jueces dictaminan que no se viola la libertad religiosa.
La sentencia señala también que nada impide a los musulmanes y judíos de esas regiones obtener la carne de animales sacrificados según sus ritos en otros lugares del mundo.
Las organizaciones ecologistas belgas han manifestado que con esta sentencia se disponen a presionar para que todo el pais adopten la misma ley.