(Agencias/InfoCatólica) El Tribunal Supremo de Texas anuló en diciembre la sentencia de un tribunal inferior que habría permitido a una mujer embarazada someterse a un aborto de urgencia por razones médicas en virtud de la excepción médica a la prohibición casi total del aborto en el estado.
La decisión del tribunal se produjo horas después de que los abogados de Kate Cox declararan en un escrito judicial que la mujer había abandonado el estado para abortar, pero que, no obstante, quería seguir adelante con el caso. El bebé de la mujer, que estaba en la semana 20 del embarazo padecía el trastorno genético de Trisomía 18, una condición genética que podría ocasionar un aborto espontáneo, que el bebé nazca muerto o que sobreviva en condiciones difíciles por poco tiempo.
La apelación de los abogados llegó al Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, que rechazó las directrices federales sobre la atención médica y, en su lugar, falló a favor del estado de Texas y de organizaciones contrarias al aborto, las mismas que con anterioridad interpusieron una demanda contra el Gobierno de Biden por normativas que, según los demandantes, «forzarían la realización de abortos» y contravendrían leyes estatales.
Un portavoz de Planned Parenthood, la multinacional abortista declaró que «la estrategia del estado ha sido eludir el sistema judicial y la propia Constitución para que el aborto esté fuera del alcance de la mayor cantidad posible de personas en Texas». La justicia no le ha dado la razón.