(Analisis Digital/InfoCatólica) Alfredo Dagnino destacó que se pretende llevar a un primer plano de debate público cuestiones que están de actualidad en España, Europa y Occidente. “Afirmar los fundamentos morales en el orden político es fundamental en los tiempos que vivimos”, manifestó. De hecho, si el ciudadano se implica sólo cada cuatro años –en las elecciones- “vamos por un camino sin retorno hacia el totalitarismo”.
Esto implica reconocer un sustento prepolítico e inquebrantable, no condicionado por el juego de las mayorías. Por ejemplo, la familia “es lo que es, y no lo que diga el Parlamento”, subrayó Dagnino, quien afirmó que “la familia –afirmó- es lo que es y no lo que diga un Parlamento”. “El hombre, el Estado, la sociedad, no se pueden manipular”.
A este propósito, consideró que puede haber leyes injustas que entran en una colisión entre el Estado y la conciencia social del hombre y cambiar esta situación sólo puede darse desde la sociedad civil, donde el ciudadano es consciente de sus derechos, pero también de sus deberes. “Esta –declaró- es la misión que tenemos los laicos en España”.
Miedo a la ideología de género
Partiendo de que la defensa de la vida y la familia no son sólo un cometido cristiano sino que un número muy elevado de personas en el mundo árabe también es contrario al aborto y a la manipulación bioética, el director del Instituto San Giussepe para la Familia y la Bioética de Egipto y miembro de la Academia Pontificia para la Vida, Munir Farag, afirmó que, desde su experiencia, el arraigamiento de la ‘Ideología de Género’ en las sociedades occidentales y su difusión en el resto del mundo no es una cuestión éticamente positiva y advirtió de que si bien el progreso en Occidente se mira en países árabes con admiración, al mismo tiempo subrayó el “miedo” existente ante la expansión de la ideología de género
A su juicio, la contribución que puede aportar el Congreso es muy importante y se refirió a la transversalidad de fundamentos como la vida o la familia, cuestiones que pueden hacer converger culturas diferentes porque, aunque “son defendidos por la Iglesia Católica, pertenecen al hombre, al ser humano”.
Explicó, así, que lugares que no son mayoritariamente cristianos como Sudán, Irán o Egipto también defienden la vida y la familia. “Lo importante –dijo- es tener en cuenta el punto de partida humano, que hay un diseño divino y natural”. Añadió, además, que “la Iglesia refuerza esta defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural”. Para Farag, “no existe otro tipo de familia, ni siquiera se observa esto en el mundo animal”.
Finalmente, el director del Congreso, José Francisco Serrano, aportó las cifras aproximadas de asistencia, que contabilizó en más de 1.400 personas inscritas, y recordó que se puede seguir el Congreso en directo a través de la página web .
Explicó, además, que se ha modificado la ponencia del viernes por la tarde, que corría a cargo del presidente del Comité Nacional de Bioética de Italia, Francesco D’Agostino, y que le sustituirá el catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Navarro-Valls.
El congreso abordará el análisis de las cuestiones relativas a la vocación y el compromiso moral de los políticos, a los fundamentos morales y prepolíticos del Estado, al Derecho y al ejercicio de la autoridad, y a las bases sobre las que se cimienta nuestra democracia. Todo entroncado con la búsqueda de un orden social y económico más justo, que de una respuesta desde las convicciones cristianas a la situación de crisis. Para tratar estos asuntos, el Congreso contará con la participación de políticos, tanto españoles como del resto de Europa, y de una amplia representación de intelectuales y académicos, nacionales y extranjeros.
