(Asia News/InfoCatólica) El objetivo de la iniciativa es comprender la situación ecológica exacta de la India, la respuesta del gobierno y lo que hacen la Iglesia y otras religiones para proteger la casa común. Asia News ha publicado amplios extractos del discurso inaugural pronunciado por el cardenal Anthony Poola, arzobispo de Hyderabad:
El cuidado ecológico integral, tal como se presenta en la encíclica Laudato Si' del Papa Francisco, es un llamado a la acción que pone en evidencia la interconexión de toda la vida en la tierra. En el magisterio católico, tiene sus raíces en varios principios clave que orientan nuestra respuesta a los desafíos ambientales que enfrentamos hoy.
1. La creación como don: nuestra fe nos enseña que la Tierra es un don precioso de Dios. En el libro del Génesis dice que Dios creó el mundo y lo consideró bueno. A nosotros se nos ha confiado el cuidado de este don, que es una responsabilidad sagrada.
2. La administración: estamos llamados a ser administradores de la creación de Dios, no propietarios. Nuestro papel es proteger y preservar el medio ambiente, reconociendo que somos responsables ante Dios de cómo gestionamos los recursos que se nos han confiado.
3. El bien común: la doctrina social católica hace hincapié en el bien común, que se extiende al medio ambiente. Un planeta sano es esencial para el bienestar de todos y es nuestro deber moral salvaguardarlo en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
4. Solidaridad y cuidado de los pobres: el cuidado ecológico integral es una expresión de solidaridad con los pobres y marginados. Los más afectados suelen ser los menos responsables de la degradación del medio ambiente. Nuestra fe nos dice que debemos defender la justicia y trabajar para aliviar sus sufrimientos.
5. Interconexión: nuestro mundo es una intrincada red de vida. Así como todos estamos conectados a través del cuerpo de Cristo, toda la vida en la tierra está interconectada. Cuando dañamos una parte de la creación, la dañamos toda.
6. Conversión y arrepentimiento: las enseñanzas católicas invitan a una conversión del corazón y a un espíritu de arrepentimiento. Reconociendo nuestros errores pasados en el cuidado del medio ambiente, estamos llamados a cambiar nuestras actitudes, comportamientos y estilos de vida.
Al abrazar el mensaje del cuidado ecológico integral, respondemos al llamado de Dios a ser administradores responsables de su creación. Este llamado es tanto moral como espiritual, y une nuestra fe con nuestras acciones para proteger nuestra casa común.
La Laudate Deum sobre el cuidado de los pobres y de la tierra - la sexta exhortación apostólica del Papa Francisco - encierra como en una cápsula todo el debate sobre la crisis climática y lo presenta como un punto de no retorno. En Laudato Si' el Papa había adoptado un enfoque externo a la crisis ambiental, mientras que aquí el enfoque es interno. De hecho, el Santo Padre considera que la crisis nace del corazón de las personas cuando buscan ocupar el lugar de Dios. El nuevo documento cuestiona la política internacional y las iniciativas globales, y llama a los líderes a hacer un examen de conciencia para comprender en qué medida están cumpliendo el objetivo de proteger la tierra.
El Papa Francisco propone dos de sus convicciones tantas veces reiteradas: «Todo está conectado» y «Nadie se salva solo» (ver n. 19). Y la exhortación apostólica concluye con una advertencia: si las personas humanas pretenden ocupar el lugar de Dios, se convierten en sus peores enemigos.
En 2013, cuando el Papa Francisco inauguró su pontificado en la fiesta de San José, esposo de María, presentó a José con la figura de un custodio. Y «custodio» es la imagen en la que se refleja el propio Santo Padre. Con la encíclica Laudato Si' se presentó como custodio de la casa común, con Fratelli Tutti como protector de las personas humanas vulnerables, y ahora con la Laudate Deum reitera el mismo concepto, llamándonos a cada uno de nosotros a ser custodios. Mientras la Iglesia se encamina hacia la etapa final de la XVI Asamblea General del Sínodo para una Iglesia Sinodal, ha llegado el momento de unirnos también con la tierra, abrazándola con empatía.
En conclusión, inspirémonos en las enseñanzas de nuestra fe para tomar medidas significativas y decisivas. El cuidado ecológico integral no es solo una idea; es una expresión viva de nuestro amor a Dios y de nuestro amor al prójimo, tanto si está cerca como si está lejos. Como nos recuerda el Papa Francisco en la Laudato Si', «vivir nuestra vocación de ser protectores de la obra de Dios es esencial para una vida virtuosa; no es un aspecto opcional o secundario de nuestra experiencia cristiana.
Que este mensaje nos guíe en nuestros esfuerzos individuales y colectivos para cuidar el medio ambiente y trabajar por un mundo más justo, sostenible y compasivo.