(InfoCatólica) En los últimos años de su retiro en el monasterio Mater Ecclesiae, el papa Benedicto XVI escribió ensayos, cartas y discursos –escogidos por él para ser publicados tras su muerte–, que su biógrafo italiano, Elio Guerriero, y su secretario personal, Georg Gänswein, reunieron en «Qué es el cristianismo»
En la carta en la que pedía la publicación de estos textos sólo después de su muerte, Benedicto XVI afirmaba que ya no quería divulgar nada en vida debido a la oposición que sufría en su propio país: «La furia de los grupos contrarios a mí en Alemania es tan fuerte que la aparición de cualquier palabra mía provoca inmediatamente un clamor asesino», dijo entonces.
Y también relataba:
«Hubo obispos individuales, y no sólo en Estados Unidos, que rechazaron la tradición católica en su conjunto, con el objetivo de desarrollar en sus diócesis una especie de catolicismo nuevo y moderno. Quizá merezca la pena mencionar que, en no pocos seminarios, los alumnos a los que se sorprendía leyendo mis libros eran considerados no aptos para el sacerdocio. Mis libros se ocultaban como literatura nociva y sólo se leían en secreto, por así decirlo».
Esta historia de odio y persecución, cuando todavía no se ha cumplido un año de su marcha a la Casa del Padre, parece que tiene un nuevo capítulo en Madrid, con la «cancelación» de la conferencia y al final de todo el acto.
Según señalan varios medios a instancias del Cardenal Cobo, aunque la Fundación afirma que no ha recibido presiones, se suspendía el acto que conmemoraba que hace 30 años el cardenal Joseph Ratzinger presentó en la Fundación Universitaria Española (FUE) el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica.
El miércoles, 18 de octubre, a las 19,00 horas, estaba prevista la inauguración del Aula Joseph Ratzinger en el acto de apertura 23/24 de la Fundación Universitaria Española
En el acto iban a intervenir la presidenta de la Fundación, Lydia Jiménez; el Nuncio Apostólico en España, Bernardito Cleopas Auza; el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Rouco Varela; y el exsecretario de Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gänswein que sería el conferenciante.
Según la Fundación, «el acto ha sido suspendido por motivos de organización».
La excusa de Cobo, según se ha filtrado a su entorno mediático es que «no le habían avisado». Se ha removido Roma con Santiago para que no tuviese lugar el acto en una entidad por otra parte, civil, no eclesiástica.
Como demostró Religión Confidencial, este argumento, una vez más, no se corresponde con la verdad, no solo se le avisaba, se le pedía que presidiera el acto
El lunes, 11 de septiembre, a las 18:57 minutos, se enviaba un correo desde la Secretaría de Lydia Jiménez a las direcciones electrónicas del arzobispo de Madrid, que no vamos a publicar por respeto personal e institucional, en el que se daba noticia del acto de inauguración de curso con detalle, y se pedía a José Cobo que tuviera la amabilidad de presidir el acto, en el que iba a estar presente el Nuncio de Su Santidad en España.
En el correo electrónico se le agradecía que pudiera aceptar la invitación a pesar de que se era consciente de que el arzobispo de Madrid tiene muchos compromisos en su agenda.
La inauguración del pontificado del arzobispado de Madrid ha comenzado dejando algunas dudas en el aire y transmite la imagen de un Mons. Cobo rehén de un lobby ideológico que había tratado de evitar. Es inevitable que muchos liguen la actuación como reacción a una campaña mediática contra el arzobispo alemán.
Según RConf
el arzobispo Cobo «estaba perplejo» de que dos obispos (el Nuncio Apostólico en España, Bernardito Cleopas Auza y el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Rouco Varela) participaran en este acto con la presencia del arzobispo alemán Georg Gänswein, conocido por [en su opinión] sus diferencias con el Papa Francisco.
Hay cierta preocupación en algunos ambientes por los modos «sinodales» del Cardenal de Madrid y de que se pueda repetir la trágica experiencia de bunkerización de su antecesor, el Cardenal Osoro, al que ciertos entornos le hicieron creer que determinados posicionamientos y actuaciones le iban a granjear el afecto de los fieles. Hoy el Cardenal Osoro se lamenta en pequeños círculos de lo que considera la traición de los suyos y de unos fuegos de artificio iniciales que pronto se extinguieron. Algunos de esos «suyos» también están involucrados en esta historia.