(Aci/InfoCatólica) Randa, nacida en Italia pero de origen egipcio, recuerda en el texto publicado en Missionline.org que "el padre Bruno nos hacía reír de verdad. Cuando llegaba el momento de la Misa, nosotros dos nos refugiábamos en el bar para jugar al futbolín y atiborrarnos de caramelos. Todos los días el padre Bruno nos pedía que nos uniésemos a los otros niños que iban a la iglesia, lo que nosotros declinábamos con un poco de vergüenza".
"Un día –prosigue la joven musulmana– el sacerdote nos dijo: ‘¿y por qué no venís y decís vuestras oraciones?’ Y así fue. En la Misa, yo y mi hermano recitábamos despacio las suras del Corán. Así es que el crucifijo, en todas las aulas que recuerdo (desde la primaria hasta el bachillerato) siempre fue para mí un símbolo de seguridad, una proyección de la grandeza del corazón de Cristo, y en parte también, del padre Bruno".
Por ello –continúa el texto que será publicado en Mondo e Missione de diciembre– Ghazy señala: "apoyo y aliento todo posible debate entre los ciudadanos musulmanes y cristianos, toda discusión sobre la laicidad del Estado, pero en el respeto a los grandes modelos de humildad que cada uno puede encontrar en su pasado y en su vivencia. Es decir, en el respeto recíproco".
"Apago la televisión, para no ver las continuas agresiones verbales, recuerdo al padre Bruno y sonrío, pensando en aquellos dos pequeños musulmanes que se miraban uno al otro en aquella hermosa iglesia. Nostalgia, casi, de los años noventa", concluye Randa Ghazy.
Missionline.org añade algunos datos de esta joven escritora: nació en 1987 en Saronno, en Lombardia, de padres egipcios. Estudia Relaciones Internacionales en Milán y ha publicado tres libros. En el primero, "Soñando Palestina", del año 2002 –con apenas 15 años– trataba sobre la amistad entre un grupo de jóvenes en territorios ocupados y tuvo gran éxito, con 20.000 ejemplares vendidos y traducciones en 15 países. El segundo libro se tituló "Prueba sangrienta" y fue publicado en 2005. Finalmente, en 2007 publicó "Hoy tal vez no mate a nadie. Relatos de una musulmana que curiosamente no es terrorista", en el que expone "una visión irónica de los inmigrantes de la segunda generación en búsqueda de una identidad reconocida", concluye.