(Agencias/InfoCatólica) A horas de que arranque la campaña y los partidos políticos se arranquen a pedir el voto, el obispo de Huelva hace su particular llamamiento de cara a las próximas elecciones municipales. Mons. Santiago Gómez ha escrito una carta en la que recuerda a los romeros su «deber de votar», a pesar de la coincidencia de los comicios el próximo 28 de mayo con la romería del Rocío. «Esta coincidencia y otras que puedan darse requerirá a muchos vecinos prever con tiempo como ejercer el derecho y el deber de votar en sus respectivos municipios», apunta.
En su carta aclara que no tiene «la intención de decir por o contra quién votar. Esa decisión política recae en cada ciudadano. Aunque, en ella, quiere «recordar algunos principios sobre la vida social y política de la Doctrina Social de la Iglesia, para ayudar, particularmente a los diocesanos, a tomar su decisión a la luz de una conciencia debidamente formada».
El prelado recuerda que «la construcción de un orden social más justo es una tarea fundamental de la política» y por ello invita, «argumentando desde la razón iluminada por la fe, a descubrir lo que es justo, aquí y ahora, para que pueda ser reconocido y después llevado a la práctica». Y es que, reclama, «nadie puede exigirnos que releguemos la religión al ámbito privado, sin influir en la vida social, sin preocuparos por la salud de las instituciones de la sociedad civil y sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos».
La dignidad, el bien común, el principio de subsidiariedad y solidaridad son los «fundamentos» que deben tener en cuenta los cristianos para la elección política. De esta forma, señala que «debemos considerar al prójimo como otro yo, cuidando en primer lugar de su vida, pero también de los medios necesarios para que pueda vivirla dignamente. En nuestros pueblos y ciudad urge acercarnos a todos y servirlos con eficacia cuando llegue el caso, ya se trate de ancianos solos, de jóvenes o adultos en paro, de trabajadores extranjeros, inmigrantes, pobres o marginados».
El aborto o la eutanasia
«A la administración municipal también es exigible, dentro de sus competencias, el esfuerzo decidido por combatir cuanto atenta contra la vida (aborto o eutanasia), o viola y ofende la dignidad de la persona humana, como son las condiciones infrahumanas de vida que puede sufrir. También, quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser objeto de nuestro respeto y amor.
En este sentido, el obispo onubense insiste en «analizar las opciones políticas que mejor promuevan las condiciones sociales que permitan y favorezcan el desarrollo integral de la persona y que, a su vez, respetan las legítimas aspiraciones de los demás grupos. En una sociedad plural, el gobierno debe ser para todos y ello conlleva armonizar con justicia los diversos intereses sectoriales, no sólo según los intereses de la mayoría, sino buscando el bien efectivo de todos los miembros de la sociedad civil, incluidas las minorías».
Para él, «los gobernantes municipales, en este caso, deben evitar entorpecer las asociaciones familiares, sociales, culturales o religiosas, privándolas o entrometiéndose en sus legítimas iniciativas; por el contrario, han de promoverlas con libertad y de manera ordenada». Y, a su vez, «los católicos debemos valorar el propósito de aquellos candidatos que, entendiendo su tarea como un servicio al ciudadano, se ofrecen a trabajar por nuestra ciudad y pueblos», apunta