(CNAd/InfoCatólica) El arzobispo de Munich y Freising dijo: «Por el bien de los seres humanos, es hora de seguir desarrollando una moral y una doctrina que sirvan a la vida y proclamen la filantropía de Dios a la altura de los debates actuales.»
«¿Pasión, lujuria y sexo contra la razón, el amor y la moral?», dijo el cardenal en una intervención en el programa «Zum Sonntag» de la radio bávara. «A veces suena un poco como si existiera o una vida pecaminosa, impulsiva e irracional o el ideal del amor puro».
Esta visión también existe en la Iglesia, pero tales «extremos exagerados tienen poco que ver con la realidad». En esencia, dijo, «la imagen cristiana del hombre quiere abrir perspectivas positivas y liberadoras incluso en el ámbito más personal e íntimo de la vida humana, tanto para la vida del individuo como para la convivencia».
En la inauguración de la exposición «¡Maldita lujuria! Iglesia. Cuerpo. Arte» en el Museo Diocesano de Freising, Marx afirmó entretanto que se había producido una «gran discusión» en el Camino Sinodal «sobre el hecho de que el texto sobre sexualidad no ha logrado -al menos por ahora- la mayoría de dos tercios de los obispos». Sin embargo, hay que señalar: «el 60% ha aprobado un texto que hace veinte o treinta años no habría figurado en absoluto en el orden del día de la Conferencia Episcopal». Así pues, se había producido «una evolución».
El texto que fracasó en la Vía Sinodal decía, entre otras cosas:
«Es urgente el reconocimiento de la equivalencia y legitimidad de las orientaciones no heterosexuales, sus prácticas y relaciones, y en su contexto la eliminación de las discriminaciones basadas en la orientación sexual.»
Y respecto a la ideología de género:
«La autoconfianza en la propia identidad de género es una base indispensable para la felicidad personal en la vida de todas las personas. Como Iglesia, tenemos que respetar la autocomprensión individual de la identidad de género de cada persona como parte inviolable de su imagen única de Dios (Is 43,7)».
Marx dijo que el tema de la sexualidad no está acabado para la Iglesia «si pensamos que ahora hemos dejado atrás todos los lados oscuros, todo lo que se ha dicho en el ámbito de la sexualidad y la teología, y ahora estamos ante la era de la sexualidad liberada. Pongo un gran signo de interrogación sobre eso. Siempre será una tarea de vida modelar esto de tal manera que sirva al ser humano y que sirva al amor».