(ACN/InfoCatólica) El pasado 15 de enero la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Chan Thar fue incendiada por el ejército birmano, que derrocó al gobierno civil en febrero de 2021. El templo, que pertenece a la archidiócesis de Mandalay, tiene 129 años de antigüedad, según lo informado por Ucanews.
«Los lugares de culto y los monasterios, donde las comunidades buscan la paz y la reconciliación, sufren cada vez más ataques», afirma la Iglesia en una carta abierta firmada por el cardenal Charles Bo, de Yangon, y los arzobispos Marco Tin Win, de Mandalay; y Mons. Basilio Athai, de Taunggyi. «¿Por qué se atacan y destruyen estos lugares sagrados?», se preguntaban en la carta, hecha pública el 20 de enero.
Los prelados citaron pactos internacionales como la Convención de La Haya, que exigen la protección de los lugares de culto, de aprendizaje y de curación. «Como nación, necesitamos sanar. La curación llega a través de nuestro profundo sentido de interrelación. Los lugares de culto fomentan esta interdependencia, que conduce a la paz», afirmaron.
Ataque contra un convento y 5 diócesis afectadas
En el ataque del 15 de enero, los militares también prendieron fuego a un convento centenario de las Hermanas Franciscanas. Cinco de las 16 diócesis del país – Loikaw, Pekhon, Hakha, Kalay y Mandalay – están afectadas por los continuos conflictos entre el ejército y los grupos étnicos rebeldes, algunos de cuyos miembros pertenecen a diversas confesiones cristianas. La carta, sin embargo, no culpaba directamente a la junta militar de los ataques contra las zonas de mayoría cristiana.
La aldea de Chan Thar, en la archidiócesis de Mandalay, sufrió múltiples incursiones del ejército el año pasado, y sus 500 casas fueron pasto de las llamas debido a los repetidos incendios provocados. «Que callen todas las armas, tendamos la mano a todos, como hermanos y hermanas, e iniciemos la sagrada peregrinación de la paz, unidos como nación y como pueblo», decía la carta.