(InfoCatólica) El Cardenal Marx se relame las heridas y pasado un tiempo que debe considerar prudencial vuelve a la carga. La primera fase, como suele ser habitual, es reescribir los acontecimientos, en este caso de la visita ad limina de los obispos alemanes al Papa a mediados de noviembre.
El resultado no fue como esperaban, no solo el Santo Padre no acudió a la interdicasterial al día siguiente, sino para que no quedasen dudas y no hiciesen la consabidas «interpretaciones» esta vez la Santa Sede, de modo muy inusitado, hizo una declaración conjunta con los obispos alemanes, y para remachar y que se supiese exactamente lo que había dicho el Vaticano, y no lo que los obispos alemanes habitualmente interpretan que ha dicho, se publicaron los demoledores discursos de los cardenales Ladaria y Ouellet. El golpe fue tan brutal que muchos obispos alemanes se dieron cuenta de que había que cambiar de táctica.
Parece que el cardenal Marx se ha quedado muy descolocado, y sigue creyendo que no ha pasado nada. En el Club de Prensa de Múnich, el lunes, dijo que hablaron muy abiertamente con el Papa (omite que tanto que no quiso ir al día siguiente a seguir hablando con ellos) y que las conversaciones posteriores con los cardenales tampoco se habían desarrollado de tal manera que se pudiera afirmar que «hemos recibido un tirón de orejas y ahora nos detendremos, haremos las maletas y el Camino Sinodal habrá terminado».
«Los discursos del Prefecto del Dicasterio de la Fe, Luis Ladaria, y del Prefecto del Dicasterio para los Obispos, Marc Ouellet, que se publicaron después, habían sido 'conferencias'», subrayó el cardenal. Es más, Marx dice que «eran una opinión, pero no una decisión del Papa». La mayoría de los obispos alemanes había rechazado «muy claramente» la propuesta de moratoria del proyecto de reforma. Y rebuscando algún asidero dice que «al fin y al cabo, no son los únicos organizadores del Camino Sinodal, sino junto con los laicos: 'No podemos decir que los dejaremos de lado'».
Convencidos de la vía sinodal
Marx subrayó que seguía convencido en los resultados de la Vía Sinodal y todos los demás lugares comunes y tópicos que se han escuchado hasta la saciedad. Afirmó que el proyecto de reforma de la Iglesia católica en Alemania no era la solución a todos los problemas, pero era un buen camino que iniciaría muchos debates necesarios en la Iglesia de todo el mundo. Según él, la Iglesia había hecho progresos misioneros en todas las culturas cuando la gente sentía que «aquí hay esperanza, aquí se ayuda a mi vida, aquí se me quita el miedo a vivir y a morir». No mencionó el récord año tras año de apostasías en Alemania y en su diócesis, sin ir más lejos.
En el Camino Sinodal 'se plantean preguntas y se utilizan argumentos teológicos', recordó Marx, O sea, como Bätzing dijo: que la Iglesia en Alemania quiere seguir siendo católica pero a su manera.
No hacer mucho caso a todo lo que diga el Papa
No se le vio muy convencido con que «eran una opinión, pero no una decisión del Papa», pues también señaló que «tampoco hay que declarar Magisterio infalible cada pequeña declaración del Papa, que dice de pasada en el avión» Marx cuenta que él, de vez en cuando, le dice a su gente: «crece y no mires siempre lo que hace el Papa».
Marx: Hablar de Dios no más, sino menos
Al final se vino arriba y después de temas más locales, expresó su convicción de que no se debe hablar más sino menos de Dios.
Esta tesis era una provocación, admitió. Pero, ¿qué sabemos de él? El cardenal abogó por ser «un poco» más reservado; se fantasea demasiado acerca de Dios. Según Marx, el teólogo y jesuita Karl Rahner (1904-1984) dijo una vez que toda palabra e imagen relativa a Dios sólo puede entenderse por analogía. El punto de referencia para los cristianos era el «hombre de Nazaret». En este contexto, Marx se refirió a la lápida del ex presidente federal y protestante declarado Johannes Rau (1931-2006). En la traducción de Lutero, hay una frase del evangelio que dice una doncella en relación a Pedro: «Este hombre también estaba con Jesús de Nazaret».
Lutero y Rahner, Rahner y Lutero. Por ahí va la cosa, palabra de Marx.