(Asia News/InfoCatólica) La primera de las dos medidas es la que -con 93 votos a favor y 3 en contra en el Parlamento unicameral- derogó el artículo 377A del Código Penal, despenalizando las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Al mismo tiempo, sin embargo, también se aprobó una reforma constitucional -con 85 votos a favor y 2 en contra- que protege la definición heterosexual del matrimonio y se considera un factor de promoción de la estabilidad nacional. Por tanto, si bien la sociedad singapurense ahora parece más abierta a la homosexualidad que en el pasado, sus dirigentes no renuncian a considerar los valores tradicionales como un elemento de unidad y cohesión social, más que como un límite a las libertades individuales y colectivas.
En el discurso con el que cerró la sesión parlamentaria, el ministro de Justicia e Interior, K. Shanmugam, quiso dejar en claro algunos puntos esenciales de la relación entre ambas medidas: el número de personas condenadas por actos homosexuales en privado y actos consentidos entre adultos entre 1989 y 2007 (año en el que ya estaba en vigor una moratoria) fue muy bajo. Y se buscarán las vías para anular o cancelar las sentencias (la máxima prevista era de dos años de prisión). El ministro añadió que no está previsto permitir que los ciudadanos puedan cambiar el género ya registrado en sus documentos de identidad y que, con la derogación del artículo 377A, el Parlamento ha tomado «una posición clara». «Este gobierno es muy claro: protegeremos el matrimonio heterosexual porque es una institución clave de nuestra sociedad», subrayó.
Shanmugam también declaró que su ministerio se ha comprometido a contrarrestar los daños de la cultura de cancelación: «La gente debe ser libre de adherirse a sus convicciones, de expresar sus puntos de vista con el debido respeto por los sentimientos de los demás».
«Neutralidad» con respecto a las dos cuestiones fue la posición que expresó en nombre de la Iglesia local el card. William Goh, arzobispo de la ciudad-estado. En 2018 el prelado había dedicado una carta pastoral específica al tema del artículo 377A en la que -aunque reconocía el carácter problemático de la discriminación de las personas homosexuales- había invitado a los parlamentarios a no derogarlo para no abrir la camino a los matrimonios entre personas del mismo sexo. La enmienda constitucional recogió entonces el sentido de esta preocupación, abriendo una combinación de reglas que no criminaliza la homosexualidad pero protege igualmente la singularidad del matrimonio heterosexual.
Esto no significa, sin embargo, que la Iglesia Católica de Singapur haya cambiado de opinión sobre el tema de la identidad de género. En la asamblea de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia en Bangkok que se llevó a cabo el mes pasado, el discurso del card. Goh planteó la cuestión en un discurso que tuvo gran eco. El purpurado invitó a sus hermanos obispos del continente a no permanecer callados ante la «erosión de la verdad y la justicia». Y se refirió expresamente el ataque a la cultura tradicional y a los valores de la sociedad, el matrimonio y la familia.