(Agencias/InfoCatólica) Obrador dijo que «ndependientemente de la opinión que se tenga de Jesús - «si es sólo un hombre o un profeta o Dios»-, él defendió la justicia, aunque fue perseguido, espiado, llamado alborotador y crucificado por ello por los poderosos de su tiempo».
El presidente mexicano añadió que no creía probable que la medida del magistrado del Tribunal Supremo Juan Luis González Alcántara Carrancá de prohibir los belenes en los edificios de la Administración fuera confirmada por la Sala Primera del Tribunal Supremo. En una audiencia celebrada el 9 de noviembre, se aplazó la decisión.
El trasfondo de la declaración del jefe de Estado mexicano no es sólo el caso judicial, sino también las tensiones con la Iglesia después de que una reforma electoral promovida por López Obrador provocara protestas a gran escala en todo el país con un total de varios millones de participantes. Los obispos católicos también habían advertido sobre la disolución prevista del Instituto Nacional Electoral (INE), ya que consideraban que esa medida era una amenaza para la estabilidad del país.
En respuesta a las protestas a gran escala contra las reformas deseadas por el presidente, el domingo se celebró una gran manifestación en Ciudad de México para conmemorar el cuarto aniversario de la toma de posesión de López Obrador. Los miembros de la oposición, así como su predecesor Felipe Calderón, acusaron al presidente de movilizar el apoyo a través de incentivos financiados por los contribuyentes, como el catering y el transporte para los participantes de otros estados, creando así una imagen distorsionada del estado de ánimo de la población.