(CNA/InfoCatólica) La Conferencia Episcopal de Colombia expresó sus condolencias a la Policía Nacional «por la pérdida de numerosos miembros» en lo que va de 2022. Los agentes fueron asesinados por bandas criminales.
En lo que va de año, 36 policías han sido asesinados y más de 60 han resultado heridos. Según el director de la Policía Nacional, el general Jorge Luis Vargas Valencia, los agentes han sido víctimas del llamado «plan pistola» de la organización criminal conocida como el Clan del Golfo.
En una carta del 27 de julio dirigida a Vargas, los obispos expresan sus «sentidas condolencias por la pérdida de muchos miembros de la Policía Nacional».
«Queremos hacer extensivo este sentimiento a todas las familias de los policías caídos en cumplimiento del deber», señaló la conferencia.
En la carta, los prelados colombianos renovaron su «gratitud por la abnegada entrega de todos los oficiales que integran la fuerza policial que hace presencia institucional en las distintas regiones y territorios de nuestra querida nación colombiana».
Los obispos llamaron a los fieles a participar en la jornada de oración promovida por la Diócesis por las Fuerzas Militares el 28 de julio «y el sábado a pedir al Señor de la Vida por la Policía Nacional y por un país en paz y reconciliado».
En el marco de la jornada de oración, la Diócesis para los Militares ofreció una misa en el Centro Religioso de la Policía Nacional en Bogotá.
La Eucaristía fue ofrecida por el vicario general de la Diócesis para los Militares, monseñor Jorge Hincapié, quien llamó a los fieles a honrar «la memoria de todos los héroes de nuestra patria» que dieron «su vida queriendo construir un país grande, respetado y libre».
Durante la homilía, pidió a los presentes «poner en manos del Creador a cada policía que, durante este último mes, este año, todos los años, ha dado su vida en el altar de la patria. Policías jóvenes y mayores que, sin medir las consecuencias de su opción por Dios y la patria, han sacrificado su propia vida buscando el bien de todos nuestros compatriotas».
«Pedimos a Dios que los abrace en su infinita y bondadosa misericordia», dijo Hincapié.
También recordó a los agentes que «mutilados por las armas oscuras, cobardes y destructivas y del enemigo oculto, nos siguen dando ejemplo de superación, gallardía y patriotismo con su amor a la patria» y animó a los policías a decirle a Dios cada día: «Confío en ti, porque eres el refugio en el peligro».
También se están celebrando misas en otras partes del país por el descanso de las almas de los policías asesinados.
En declaraciones a los medios de comunicación colombianos, el director de la Policía Nacional dijo que el objetivo del Clan del Golfo con su «plan pistola» es contrarrestar la captura de varios de sus líderes.
El antiguo líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David (alias Otoniel), fue capturado y extraditado a Estados Unidos para ser acusado de narcotráfico. Otros tres miembros de la banda -Yonny Cano Linares, Camilo Henrique Hernández Torres y Jorge Eliecer Castaño Toro- también podrían ser enviados pronto a Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
En un comunicado del 21 de julio, firmado por una treintena de organizaciones criminales, el Clan del Golfo propuso al presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, un alto el fuego a partir del 7 de agosto con la condición de que sus miembros no fueran encarcelados.
