(CNA/InfoCatólica) La isla depende eclesialmente de la diócesis de Portsmouth, cuyo obispo, Mons. Philip Egan, se ha pronunciado repetidamente en los últimos años contra la legalización del suicidio asistido y la eutanasia en las Islas del Canal de la Mancha.
«Ayudar a alguien a morir prematuramente o a suicidarse, aunque lo pida fervientemente, no puede ser nunca una acción compasiva. Es un pecado grave. No debemos ceder a la tentación de aplicar soluciones rápidas, movidos por una falsa compasión o por criterios de eficacia y rentabilidad», escribió el obispo Eagan en una carta del 22 de mayo:
«Por el contrario, debemos mostrar respeto y ternura a los pacientes gravemente enfermos para que el valor sagrado de su vida brille con esplendor en su sufrimiento. Los modernos cuidados paliativos, un área en la que el Reino Unido es líder mundial, lo permiten»
El pasado 25 de noviembre, la conocida como Asamblea de Estados de Jersey (o Estados de Jersey) respaldó una propuesta a favor de legalizar el suicidio asistido por 36 votos a favor, 10 en contra y tres abstenciones. Pero todavía no se ha convertido en ley vigente.
La carta de Eagan llega en medio de la campaña electoral para las elecciones en Jersey, cuyo resultado difícilmente cambiará mucho el panorama político en relación a esta cuestión. El obispo instó a los votantes a anular las «sombrías propuestas» que permitirían a un residente adulto de la isla, bajo ciertas condiciones, con un «deseo voluntario, claro, establecido e informado de poner fin a su propia vida», buscar el suicidio asistido.
«No dejemos que Jersey se convierta en un destino para el turismo de la muerte y el suicidio. El suicidio asistido es incompatible con el papel del médico como sanador. Será difícil o imposible de controlar. Supondrá graves riesgos para la sociedad. El derecho a morir se convertirá pronto en el deber de morir», señaló.
Isla autónoma
La Isla de Jersey, que cuenta con ciento siete mil habitantes, es una dependencia de la Corona británica ubicada en el canal de la Mancha, específicamente a 22 kms al oeste de las costas de Normandía, Francia.
Aunque la isla no forma parte del Reino Unido, su representación internacional, defensa y buen gobierno son responsabilidad del Gobierno británico. Se la considera una democracia parlamentaria autónoma, con poder de autodeterminación y sus propios sistemas financiero, legal y judicial.
La mayoría de sus habitantes nativos hablan tanto inglés como una versión peculiar del francés (un subdialecto del normando); se conduce por la izquierda, como en el Reino Unido, se cocinan platos típicos de Normandía; se juega el cricket inglés; gran parte de los nombres de los lugares está en francés y se usa la libra esterlina y otra libra propia de la isla.
En cuanto a las creencias religiosas, solo el 54% de los ciudadanos de Jersey se declaran creyentes. Entre ellos, el 44% son anglicanos, el 43% católicos y el 17% miembros de otras denominaciones cristianas. Hay dos escuelas católicas de primaria y secundaria y una tercera solo de primaria.