(Aica/Fides/InfoCatólica) Según el último informe, fueron asesinados trece sacerdotes, tres religiosos (un hombre y dos mujeres) y seis laicos. En cuanto a la división continental, el mayor número se registra en África, donde fueron asesinados once misioneros (siete sacerdotes, dos religiosos y dos laicos); seguido de América, con siete misioneros asesinados (cuatro sacerdotes, uno religioso y dos laicos); Asia, donde fueron asesinados tres misioneros (un sacerdote y dos laicos) y Europa, donde fue asesinado un sacerdote.
La Agencia Fides explica que desde hace algún tiempo, la lista anual no solo se refiere a misioneros 'ad gentes' en sentido estricto, sino que trata de registrar todos los cristianos católicos comprometidos de alguna manera en la actividad pastoral que murieron violentamente, no expresamente «por odio a la fe».
Por eso, en el informe no utilizan el término «mártires». Como lo demuestra la escasa información que se pudo recabar sobre sus biografías y sobre las circunstancias de su muerte, los misioneros asesinados no destacaron por sus obras, sino que simplemente daban testimonio de su fe en contextos de violencia, de conflicto social, de desigualdad, de explotación y de degradación moral y ambiental, donde la opresión del más fuerte sobre el más débil es una regla única, sin ningún respeto por la vida humana, por los derechos y por cualquier tipo de autoridad, señala el informe.
En este sentido, aseguran que fueron conscientes de todo y en muchas ocasiones habían nacido en esa misma tierra donde morían, por lo que conocían bien dónde estaban y no eran ingenuos.