(CatholicLeader/InfoCatólica) Adam pintaba sus bocetos en los ratos libres mientras esperaba su turno para usar las duchas públicas cerca de la columnata de Bernini.
En una entrevista con Catholic News Service del 1 de diciembre expresó: «El arte es mi pasión, aunque nunca lo estudié. El padre redentorista Leszek Pys fue uno de los primeros en darse cuenta de su talento, cuenta: «Adam fue a una escuela técnica en Polonia y estudió jardinería en Lódz»
Adam salió de Polonia hacia Roma en busca de una vida mejor. Al llegar, le costó encontrar empleo y mientras que se hundía en el alcoholismo fue perdiendo lo poco que tenía.
En las filas de las duchas públicas, Adam conoció al sacerdote polaco Rubén, quien fue su traductor y quien, según dice él mismo, hizo que su vida cambiara.
Rubén buscaba una alternativa económica para pintura de San Clemente Mary Hofbauer, cofundador de la congregación redentorista. Al contarle a la hermana voluntaria palotina Anna, quien servía a los pobres en las duchas públicas, ella le habló sobre Adam.
El padre Ruben no dudo en aprovechar el talento de este hombre y le porporcionó todo lo que necesitaba. La voz se corrió y su obra llamó la atención del cardenal Konrad Krajewski, quien luego le presentó al padre Francesco Mazzitelli, entonces subdirector de la Oficina Filatélica y Numismática del Vaticano.
Adam contestó con un «no» cuando le pidieron que hiciera los sellos conmemorativos, sin embargo, la insistencia de los sacerdotes que apreciaban su obra le convencieron de hacerlos.
Para el padre Mazzitelli la historia de Adam «es un ejemplo del llamado del Papa Francisco a nutrir la esperanza del mañana curando el dolor de hoy. Lo que le ha pasado a Adam es una señal para todos, porque cada uno de nosotros conoce a alguien que tiene dones y talentos escondidos.
El Papa que dice que debemos alimentar la esperanza significa que nos ha dado una misión, para la iglesia y para cada uno de nosotros, que debemos construir la esperanza en los demás».
Las duchas públicas que usaba Adam, fueron instaladas durante el Año Jubilar de la Misericordia 2015, como un gesto de caridad que dio dignidad a hombres y mujeres sin hogar.
«No se puede devolver la dignidad de alguien dándole un sándwich o un euro ni siquiera preguntándole su nombre. Es más, un gesto filantrópico que nos hace sentir bien con nosotros mismos. Pero para esa persona, ese sándwich, ese euro no cambia nada. Pero permitirles que se limpien significa devolverles su dignidad».
Adam reconoce el valor de las duchas públicas para quienes no tienen un hogar «para alguien que sufre de alcoholismo o que está un poco borracho, es vergonzoso presentarse para limpiarse. Pero ir allí es el primer paso para salir del alcoholismo porque, una vez que están en las duchas, quieren cambiar de vida».
Ahora pinta en un estudio en el Palazzo Migliori, un refugio para personas sin hogar del Vaticano, trabaja como guarda de seguridad nocturno en una propiedad de los Caballeros de Malta, quienes lo conocieron después de que completó un retrato del difunto Fra 'Giacomo dalla Torre, el gran caballero de la orden que murió en 2020.
«La vida es un misterio y Dios lo quiso de esta manera. Lo que ha pasado es un sueño y todavía no lo puedo creer. Dios tiene un gran sentido del humor».
