(RV/InfoCatólica) “Reafirmo con fuerza -escribe el Santo Padre- lo que ha sido varias veces dicho por mis venerados Predecesores: la Iglesia no actúa para extender su poder o afirmar su dominio, sino para llevar a todos a Cristo, salvación del mundo. Nosotros no pedimos sino el ponernos al servicio de la humanidad, especialmente de aquella más sufriente y marginada”.
Benedicto XVI recalcó que todos los Pueblos están llamados a la salvación, que la iglesia peregrina -sin confines y sin fronteras- se siente responsable del anuncio del Evangelio a pueblos enteros, y de este modo, la misión de la Iglesia es la de llamar a la salvación operada por Dios a través de su Hijo encarnado.
Al subrayar que la llamada a evangelizar comprende también el martirio, el Papa recuerda en la oración a quienes han hecho de su vida una exclusiva consagración al trabajo de evangelización, y también, a los misioneros y misioneras que se encuentran testimoniando y difundiendo el Reino de Dios en situaciones de persecución, con formas de opresión que van desde la discriminación social hasta la cárcel, la tortura y la muerte.
El Papa concluye el mensaje para la Jornada Misionera Mundial exhortando a todos los católicos a rezar al Espíritu Santo “para que aumente en la Iglesia la pasión por la misión de difundir el Reino de Dios, y que sostengan a los misioneros, las misioneras y las comunidades cristianas comprometidas en primera línea en esta misión, a veces en ambientes hostiles de persecución”.