(Asia News/InfoCatólica) En una nota firmada por el cardenal Louis Raphael Sako, que se publicó en el sitio web del patriarcado, se invita a «elegir representantes» que conozcan «la política, la ley y las necesidades de las personas» y cuyas manos estén «limpias», en un país donde imperaron el delito y la corrupción durante décadas. Se requiere un cambio, observa el cardenal, porque «las elecciones anteriores fueron decepcionantes».
En todo el país hay un fuerte temor a la desestabilización y a que se repita el escenario afgano en caso de que se retiren repentinamente las tropas estadounidenses. Las elecciones políticas se celebrarán el 10 de octubre, si no se producen nuevos aplazamientos de una ronda electoral programada originalmente para junio. Ese día se elegirán los 328 miembros de la Cámara de Representantes, quienes luego deben nombrar al futuro presidente de la República y al primer ministro, junto con el nuevo gobierno.
Jaleel Adnan Khalaf, presidente de la Comisión Electoral Independiente que verifica la regularidad de la votación, confirmó hace pocos días que se había invitado a 75 países y ONG internacionales para verificar que no haya fraudes ni disputas en los colegios electorales. Es un paso crucial en la vida del país, que en estas mismas horas ha obtenido el apoyo de al-Sadr. Al principio el líder chií había pedido a sus seguidores que boicotearan la votación. Cuenta con una reserva potencial de millones de votantes y una milicia paramilitar que responde a sus órdenes.
Este cambio de rumbo de al-Sadr permitiría suponer la voluntad de ayudar a las autoridades a «poner fin a la corrupción» después de atacar durante años lo que él llamaba la influencia negativa tanto de Irán como de Estados Unidos para la vida de la nación. Ahora es «aceptable» participar, afirmó al-Sadr en un mensaje por televisión, rodeado de decenas de leales y llevando un turbante negro, para reivindicar su descendencia directa del profeta Mahoma.
El bloque Saeroon vinculado al líder chiíta es el más fuerte en el Parlamento actual, con 54 escaños sobre un total de 328. La nueva ley electoral, apoyada por el primer ministro Mustafa al-Kadhimi, reduce el tamaño de los distritos electorales y elimina el voto por lista a favor de las preferencias por los candidatos individuales, lo que también debería garantizar un amplio éxito.
En su mensaje, el patriarca caldeo reitera «la cercanía con las aspiraciones de paz, estabilidad y unidad nacional de los iraquíes» considera que el gobierno de Bagdad tiene la tarea de garantizar un clima electoral que permita una «votación libre y sin presiones». Por último, el Card Sako explica que en los últimos meses había pedido «una lista cristiana única» pero no fue posible llegar a un acuerdo entre los distintos componentes. No obstante, concluye la nota, «invitamos a los cristianos a elegir candidatos según criterios precisos» y «pedimos a nuestros hermanos musulmanes que voten personas que aman a Irak y trabajan por el bien de su pueblo».