(Agencias/InfoCatólica) Se ha producido un nuevo enfrentamiento entre las autoridades turcas y los expertos de la Unesco por Santa Sofía y Chora. En diciembre del año pasado el organismo de la ONU había solicitado una «auditoría» de los «cambios» que se realizaron tras la conversión en mezquitas. En un comunicado, los miembros del comité expresaron su «profundo pesar por la falta de diálogo e información sobre el cambio de status de ambos edificios». El gobierno de Ankara respondió de inmediato, rechazando cualquier injerencia en asuntos internos.
La organización de la ONU para la educación, la ciencia y la cultura solicitó a Turquía un informe sobre los cambios en las dos históricas basílicas cristianas, actualmente transformadas en mezquitas después de haber sido museos abiertos durante mucho tiempo. En la reunión anual que se está llevando a cabo en Fuzhou (China) del 16 al 31 de julio, los expertos pidieron un «informe actualizado sobre el estado de conservación» de Hagia Sophia, estableciendo un plazo hasta el 1 de febrero de 2022 para presentar un estudio completo de los dos monumentos.
En una nota, el Comité de la UNESCO expresó «grave preocupación» por la situación que se ha creado y no oculta su «profundo pesar por la falta de diálogo e información» sobre los cambios. En conclusión, los expertos esperan que, en el futuro, se pueda establecer una «mejor comunicación» con Ankara y los proyectos relacionados con los dos sitios.
En la respuesta, a cargo del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Tanju Bilgiç, Turquía afirma que las obras en curso no tienen ningún impacto negativo según los estándares de la UNESCO; por el contrario, se proponen proteger la autenticidad e integridad de las estructuras. «Hagia Sophia y Chora - sigue diciendo el comunicado - son propiedad de la República de Turquía, se conservan meticulosamente en términos de valor histórico, cultural y espiritual» y su uso es un «derecho soberano de Turquía».
La conversión en mezquitas de las antiguas basílicas cristianas de Santa Sofía y Chora - que pasaron a ser museos a principios del siglo XX con Ataturk - es parte de la política de nacionalismo e Islam adoptada por el presidente Recep Tayyip Erdogan para ocultar la crisis económica y mantener el poder. Tras el decreto que sancionó su transformación, las autoridades islámicas cubrieron con telones blancos las imágenes de Cristo, los frescos e iconos que atestiguan sus raíces cristianas. La transformación de los dos edificios - que forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO - se llevó a cabo el año pasado en medio de una controversia político-religiosa que superó las fronteras nacionales.
Erdogan, de fiesta
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha celebrado el pasado sábado el primer aniversario de la reconversión de la antigua basílica, que era gestionada como museo desde 1934. Para el mandatario, Santa Sofía supone un «símbolo del resurgimiento de la civilización» islámica.