(LSN/InfoCatólica) Stern es profesora adjunta de asuntos internacionales y públicos en la Universidad de Columbia, y directora ejecutiva del grupo de defensa pro-LGBT OutRight Action. Entre sus tesis figura la de que no hay nada más feminista que defender los derechos de los transexuales, algo que choca contra el sector del feminismo que ve la abolición de facto de la biología como elemento fundamentar para determinar el sexo legal de una persona como un elemento peligroso para las propias mujeres.
Está previsto que Biden la presente formalmente al país en una ceremonia en la Casa Blanca el próximo viernes.
«En un momento en el que los derechos humanos de las personas LGBTQI+ están cada vez más amenazados en todas las regiones del mundo, la Enviada Especial reunirá a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, empresas y organizaciones internacionales con ideas afines para defender la dignidad y la igualdad para todos», declaró la administración Biden en un comunicado.
Esta medida es la última forma en que el gobierno de Biden se ha volcado en el programa LGBTI desde que asumió el cargo. Biden ha firmado múltiples órdenes ejecutivas que ordenan a las agencias federales a promover la «conformidad» LGBT, revirtió la prohibición de la administración Trump sobre la disforia de género en el ejército, mostró la bandera transgénero en la Casa Blanca, y está permitiendo que las embajadas de Estados Unidos ondeen banderas del «orgullo», incluso en el Vaticano.
También aboga por la aprobación de la llamada Ley de «Igualdad», que obligaría a una amplia gama de entidades públicas y privadas a acomodarse al dogma pro-LGBTI a expensas de sus propios derechos constitucionales, como obligar a las agencias de adopción religiosas a colocar a los niños en hogares del mismo sexo; a los fotógrafos, floristas y panaderos a participar en «bodas» del mismo sexo; a los empleadores y empresas a acomodarse a los tratamientos de cambio de sexo y de travestismo sin tener en cuenta sus propios valores o políticas; y a las mujeres y niñas a compartir dormitorios, duchas, vestuarios y baños con varones confundidos de género.
Más recientemente, la Casa Blanca eligió el miércoles el 49º aniversario de la aprobación del Título IX, el antiguo conjunto de normas contra la discriminación por razón de sexo en la educación pública, como ocasión para declarar que el gobierno federal tiene la intención de obligar a las escuelas a privilegiar a los chicos que dicen ser chicas frente a las mujeres reales.
El anuncio notificó a las instituciones educativas que la Oficina de Derechos Civiles (OCR) del Departamento de Educación interpreta que la prohibición del Título IX sobre «discriminación por razón de sexo» abarca también «la orientación sexual y la identidad de género», y que «aplicará plenamente» esta interpretación «en los programas y actividades educativas que reciben ayuda financiera federal del Departamento».