(Die Tagestpot/InfoCatólica) En una declaración personal, Marx dijo que en los últimos meses había pensado repetidamente en renunciar al cargo: «me examiné a mí mismo y traté de tomar la decisión correcta en la oración y en la conversación espiritual a través del 'discernimiento de espíritu'». Los «acontecimientos y discusiones» de las últimas semanas sólo habrían jugado un papel secundario.
El cardenal Marx no se ofreció a renunciar como cardenal, ni como miembro del Consejo de Cardenales Asesores del Papa Francisco, responsable de la reforma de la constitución del Vaticano, ni como presidente del Concilio de Economía del Vaticano.
Muchos fallos personales, errores administrativos
El Papa Francisco habría informado a Marx de que esa carta ya podía ser publicada y de que el ex presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) debía seguir ejerciendo su ministerio episcopal hasta que se tomara una decisión.
En la carta al Papa, Marx explicaba que su principal preocupación es «asumir la responsabilidad conjunta por la catástrofe de los abusos sexuales cometidos por funcionarios de la Iglesia en las últimas décadas». Para él, las investigaciones y los informes periciales de los últimos diez años han demostrado sistemáticamente que se han dado «muchos fallos personales y errores administrativos», pero «también fallos institucionales o sistémicos».
Las últimas polémicas muestran, según el purpurado de 67 años, «que algunos en la Iglesia simplemente no quieren aceptar este elemento de responsabilidad conjunta y también de corresponsabilidad de la institución, y por lo tanto se oponen a cualquier diálogo de reforma y renovación en relación con la crisis de los abusos». En su carta al Papa, Marx manifiesta un «claro rechazo» a esta actitud, según la oficina de prensa de la archidiócesis de Múnich.
Cree que el camino sinodal debe continuar
Al mismo tiempo, Marx subrayó que la «vía sinodal» iniciada en Alemania debe continuar. La Iglesia católica ha llegado a un «callejón sin salida», dijo el cardenal. Con su renuncia al cargo, espera poder marcar un signo personal «para un nuevo comienzo, para una nueva salida de la Iglesia». «Quiero mostrar que el cargo no está en primer plano, sino la misión del Evangelio», dijo Marx.
Dice estar dispuesto a asumir su responsabilidad personal, «no sólo por mis posibles errores, sino por la institución de la Iglesia, a la que he contribuido a dar forma durante décadas». El cardenal asegura que no ha sido fácil para él presentar su dimisión, y espera poder seguir trabajando para la Iglesia en el futuro: «Mi servicio para esta Iglesia y para el pueblo no termina. Pero en aras de un necesario nuevo comienzo, quiero asumir la corresponsabilidad del pasado».
Marx cree que el «punto muerto» en el que se encuentra la Iglesia en este momento puede convertirse en un «punto de inflexión».