(Agencias/VaticanNews) Un peregrino penitente, un peregrino de la paz que invita a los iraquíes a seguir el camino de Abraham, «en la esperanza», sin quitar nunca los ojos de las estrellas. En un sentido vídeo mensaje dirigido al pueblo iraquí, publicado en vísperas de la salida de su 33º Viaje Apostólico, del 5 al 8 de marzo, el Papa Francisco explica que viene a «vuestra tierra, antigua y extraordinaria cuna de la civilización», en primer lugar como «peregrino penitente».
Tras pronunciar el tradicional saludo en árabe “assalam lakum” que significa la paz esté con ustedes, el Santo Padre señaló que quiere “encontrarlos, ver sus rostros, visitar su tierra, una cuna antigua y extraordinaria de la civilización”.
“Voy como peregrino, como peregrino penitente para implorar al Señor el perdón y la reconciliación después de años de guerra y terrorismo, para pedirle a Dios el consuelo de los corazones y la curación de las heridas”, afirmó el Pontífice.
Además, el Papa destacó que va “como un peregrino de paz, para repetir: Todos son hermanos” y añadió que va como “peregrino de la paz en busca de la fraternidad, animado por el deseo de rezar juntos y caminar juntos, también con hermanos y hermanas de otras tradiciones religiosas, en el signo del Padre Abraham, que une en una sola familia a musulmanes, judíos y cristianos”.
“Queridos hermanos y hermanas cristianos, que han sido testigos de la fe en Jesús en medio de pruebas muy duras, espero verlos. Me siento honrado de encontrarme con una Iglesia mártir: ¡gracias por su testimonio!”, advirtió el Papa.
En esta línea, el Santo Padre pidió que los numerosos mártires que han conocido “nos ayuden a perseverar en el humilde poder del amor” y agregó que “todavía tienen en sus ojos las imágenes de casas destruidas y de iglesias profanadas, y en su corazón las heridas de los afectos que dejaron atrás y de las casas abandonadas”.
“Quisiera llevarles la caricia afectuosa de toda la Iglesia, que está cerca de ustedes y del martirizado Oriente Medio y que los anima a seguir adelante”, subrayó el Pontífice.
Luego, el Papa alentó a no darse “por vencidos ante la propagación del mal: las antiguas fuentes de sabiduría de sus tierras nos dirigen a otra parte, a hacer como Abraham que, dejando todo, nunca perdió la esperanza y confiando en Dios, dio vida a una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo” por lo que invitó a mirar la estrellas porque “allí está nuestra promesa”.
“Queridos hermanos y hermanas, he pensado mucho en ustedes en estos años, en ustedes que han sufrido mucho, pero no han sido abatidos”, añadió.
En este sentido, el Santo Padre destacó que ahora va a “su tierra bendecida y herida como peregrino de esperanza” y recordó que “en Nínive, resonó la profecía de Jonás, que impidió la destrucción y trajo una nueva esperanza, la esperanza de Dios. Dejémonos contagiar por esta esperanza, que nos anima a reconstruir y empezar de nuevo”.
“En estos tiempos duros de pandemia, ayudémonos unos a otros para fortalecer la fraternidad, para construir juntos un futuro de paz”, invitó el Papa quien invocó para todos la paz y la bendición del Altísimo y pidió a todos que por favor lo acompañen con la oración.