(Ecclesia) Siempre atendiendo a las medidas de las propias comunidades autónomas, se prevé que a esta reunión acudan los miembros de la Comisión Permanente, más los presidentes de las subcomisiones episcopales, así como el presidente de la Comisión Episcopal de Asuntos Jurídicos y el resto de arzobispos que no ostenten ninguno de los servicios anteriores. En caso de que alguno de los obispos asistentes no pudiese acudir, tiene la posibilidad de invitar a un miembro que forme parte de su comisión. Si la ausencia es de un arzobispo, podría acudir uno de los obispos que formen parte de su Provincia Eclesiástica.
La reunión dará comienzo el lunes 16 de noviembre a las 16,30 horas y, previamente, por la mañana, los obispos participantes, que llegarán desde sus respectivas diócesis, deberán someterse a un test de antígenos para garantizar su estado de salud.
Aunque normalmente esta reunión de los obispos comienza por la mañana, en esta ocasión se traslada a la tarde para poder tener los resultados de las pruebas antes de comer. En caso de que algún prelado dé positivo, el protocolo marca que el obispo deberá abandonar la sede de la CEE y acudir al médico para realizarse una PCR con el fin de confirmar el diagnóstico.
Máximo cuidado
Durante los cinco días que durará el encuentro, los obispos no recibirán visitas externas y las reuniones de las comisiones episcopales se celebrarán de forma telemática. «Se trata sobre todo de procurar un cuidado extremo», ha precisado el director de comunicación de la CEE, Josetxo Vera, en un encuentro con la prensa que se ha celebrado este 6 de noviembre. Ninguna sesión será abierta al público y tampoco podrán acudir periodistas, que deberán seguir la apertura y la rueda de prensa final de la Plenaria de forma online. Solo permanecerán en la sede de la CEE los trabajadores habituales de la casa y no habrá saludos a los obispos, «todo con el objetivo de evitar posibles contagios».
La Asamblea dará comienzo, con el primer discurso como presidente de los obispos españoles del cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, que fue elegido en la pasada reunión de marzo, una semana antes de que se decretara el Estado de Alarma.