El presidente ruso Dimitri Medvedev anunció el pasado martes un proyecto piloto que establecerá que los escolares reciban clases de Religión o Ética secular.
Medvedev dijo que los estudiantes menores de diez años de todas las doce mil escuelas de las 18 regiones rusas recibirán estas clases. Se les ofrecerá elegir entre estudiar la predominante religión ortodoxa rusa, islam, budismo o judaísmo, o bien una visión de conjunto de los cuatro credos, o un curso de Ética secular.
Se cree que la propuesta forma parte de un esfuerzo del Kremlin por enseñar a los jóvenes rusos moral después de un turbulento periodo de incerteza tras el colapso del ateísmo oficial de la Unión Soviética.
El patriarca Kirill, líder de cien millones de cristianos ortodoxos en Rusia ha alabado la propuesta: "Todas las preocupaciones que la sociedad ha expresado serán afrontadas por esta libertad de elección".
La Iglesia ortodoxa rusa había estado impulsando la idea de introducir la educación religiosa en las escuelas. En el país, Iglesia y Estado están oficialmente separados bajo la constitución postsoviética.
Hace tres años, ya algunas regiones tomaron la iniciativa por su cuenta y pidieron cursos de Ortodoxia rusa.
Respondiendo a las preocupaciones de quienes no son religiosos y temen que este es un modo de imponer la religión de la Iglesia Ortodoxa, Medvedev dijo: "Los estudiantes y sus padres podrán elegir libremente", dirigiéndose a religiosos y funcionarios en su residencia fuera de Moscú.
"Cualquier coerción o presión será absolutamente inaceptable y contraproducente", añadió.
El presidente también insistió en que la propuesta es "sólo" para cuatro credos, excluyendo otros, en particular el catolicismo y el protestantismo.
Medvedev dijo que el programa nacional empezaría el próximo año como un proyecto piloto en 18 regiones, cubriendo aproximadamente el 20% de las escuelas rusas.
Se calcula que en torno al 80% de los rusos son miembros de la Iglesia ortodoxa rusa. Según algunos estudios, en torno al 15 ó 20% son practicantes.
Según declaró el arzobispo católico, monseñor Pezzi, el 23 de julio a Radio Vaticano "si en algunas escuelas la presencia de alumnos católicos fuera tan numerosa como para justificar la formación de un grupo, estamos evaluando pedir eventualmente esta posibilidad".
Según el prelado, esta iniciativa del gobierno responde a la emergencia educativa que vive el país, pues, según ha explicado, la opinión pública y los gobernantes se han dado cuenta "de la necesidad de volver a educar a los jóvenes, de volver a darles una propuesta convincente para la vida".