(Luis F. Pérez/InfoCatólica) La AEE asegura que "no existen sectas evangélicas, sino grupos o iglesias evangélicas. Una secta es un grupo socialmente peligroso que comete actos ilegales o delictivos, algo que no puede usarse con la ligereza y la arbitrariedad que se ha utilizado con la Iglesia Renacer de Kaká".
En relación a los problemas con la justicia que los fundadores de la comunidad eclesial a la que pertenecen Kaká y su esposa, la AEE asegura que eso no es motivo suficiente para considerarles como una secta ya que "si se hace mención al proceso legal de dos de sus líderes, por la misma razón habría que llamar secta a todos los grupos políticos, en los que de una u otra forma han sido encausados a través de conocidos dirigentes. Que la ley y la justicia se cumplan, pero lo ocurrido es un linchamiento mdiático, sin excusas ni periodísticas ni éticas".
"Finalmente", añade el comunicado, "en cuanto a las expresiones de luchar contra el diablo en su misión como cristianos, la Iglesia católica considera a Satanás fuente de mal y manda exorcistas para expulsar demonios, y nadie realiza juicios y expresiones como han tenido que oirse y leerse en relación a Kaká y su esposa".
Los responsables de la AEE recuerdan que "la Biblia dice: por sus frutos los conoceréis. Muchos deportistas despilfarradores, adictos a drogas legales e ilegales, mafiosos, machistas y malos ejemplos para la juventud han recibido un trato humano y de empatía -en sus debilidades y errores- por parte de la prensa. Choca que ante un deportista como Kaká y su esposa que son ejemplo de orden, responsabilidad, conducta correcta dentro y fuera del campo (incluyendo su trato a la prensa), se les zarandee, y haga mofa de ellos sin misericordia por sus creencias religiosas y expresiones".
"Kaká" aseguran, "es, además de nuestro hermano en la fe, un inmigrante (de lujo, es cierto) que acaba de llegar a España. Hablamos de una sociedad española plural, tolerante y respetuosa. Lo ocurrido en torno a la información difundida sobre Kaká y su esposa demuestra que quedan muchos prejuicios, atavismos, y falsos conceptos por desarraigar. Si esto se hace con una personaje público de su talla, ¿qué no se hará con los inmigrantes evangélicos que llegan a nuestro país?"
El texto finaliza afirmando que "ante lo ocurrido nos sentimos avergonzados por quienes han actuado desde los medios de información tal y como se ha descrito en estas líneas. Rogamos que no se repita, y si fuese posible que se rectificase en todo lo posible el mal trato realizado; quizás como primer paso empezando por hacerse eco de este Comunicado".