(InfoCatólica) Tras presentar sus candidaturas a ser ordenadas, la secretaría de la Nunciatura Apostólica en París se puso en contacto con ellas. El Nuncio, Mons. Celestino Migliore, desea conocerlas personalmente al comienzo del próximo año escolar.
Tal y como informa La Croix, en la mañana del pasado lunes sonó el teléfono móvil de Marie-Automne Thepot. ¿Quién estaba al otro lado de la línea? Para su sorpresa, la llamada era de la secretaría del Nuncio Apostólico. Thepot, de 42 años de edad y funcionaria del ayuntamiento de París, fue una de las mujeres que pidió recibir el sacramento del orden. Ella es una de las más discretas pues sólo quiere ser diaconisa y no Nuncia, como otra de las solicitantes.
En un comunicado publicado el 22 de julio, las féminas aseguraron que su gesto era un «acto de desodediencia a la tradición eclesial» y afirmaron que «a ausencia de mujeres en cargo de responsabilidad es un escándalo».
La sacerdotisa española
Entre las desobedientes figura una española. Se trata de Cristina Moreira, casada por lo civil desde hace años con Victorino Pérez Prieto, quien fuera sacerdote de la diócesis de Mondoñédo-Ferrol.
Doña Cristina está formalmente excomulgada por el «delito de atentada ordenación sagrada de una mujer», al haber aceptado participar en una pretendida ceremonia de ordenación sacerdotal en Florida (EE.UU) en el año 2015. Dos años antes, en el 2013, fue falsamente ordenada como diaconisa por una supuesta obispa.
Todo ello implica que su situación no es la misma que la del resto de mujeres que han pedido ser ordenadas. Ella ya está excomulgada. De hecho, D. Carlos Osoro, cardenal y arzobispo de Madrid, prohibió en abril del 2017 una charla de la señora Moreira programada en la parroqua de San Estanislao de Kostka. En su comunicado dijo que «esta persona no está en comunión con la Iglesia Católica».
Indudable repercusión mediática
En todo caso, la decisión del Nuncio de recibir a quienes públicamente se oponen a la doctrina católica supone, independientemente del contenido de ese futuro encuentro, un espaldarazo mediático de primer orden a una causa que, doctrinalmente, está zanjada por la Carta Apostólica Ordinatio sacerdotalis, de San Juan Pablo II, Papa, cuyo último penúltimo párrafo reza así:
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.