(Cope/Heraldo) «Lo hacemos urgidos por la necesidad de ofrecer un rayo de luz y de esperanza ante la situación grave de la despoblación en nuestras diócesis», recogen los obispos en la introducción, secundando el mensaje del Concilio Vaticano II: «Los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón».
La publicación, que ha sido presentada hoy en rueda de prensa por el obispo de Teruel y Albarracín, D. Antonio Gómez Cantero, como coordinador de la obra, se estructura en tres bloques: (I) Una mirada a la realidad; (II) Lectura creyente de la realidad pastoral; y (III) La pastoral de los pueblos pequeños.
Entre las conclusiones, se habla de la necesidad de acercarse a «cada comunidad y contemplarla como un pequeño brote, alimentada y sostenida por la Palabra y el Cuerpo de Cristo, partido y repartido», como primer signo de esperanza.
En total en Aragón hay 300 sacerdotes rurales a los que hay que añadir los que cada fin de semana se desplazan de la ciudad más cercana para intentar que «ningún pueblo quede abandonado». Además, han resaltado el «rostro femenino del mundo rural», en especial en los animadores de la comunidad, que realizan una labor de suplencia en aquellos grupos de parroquias que no pueden contar regularmente con la presencia de ese sacerdote cada domingo. En concreto, Gómez ha señalado que en Teruel, si hay 28 animadores, 18 son mujeres. Además, en la carta muestran su preocupación por el envejecimiento del clero en las iglesias locales, que alcanza una media de edad de 70 años.
Esta carta, la primera de esta naturaleza que se publica en España, está estructurada en tres bloques y al final contiene recomendaciones como estructurarse en Unidades Pastorales. «Nosotros podemos ofrecer soluciones de agradecimiento y esperanza, pero las técnicas y políticas corresponden a otras personas», ha precisado Jiménez.
La carta pastoral se publicará al inicio del tiempo litúrgico de Adviento, «un tiempo de proyectos ilusionados con la confianza puesta en Dios, en fidelidad al Señor, que viene, y bajo la acción del Espíritu Santo». Ante todo, los obispos pretenden dar una luz de esperanza, «secreto de la vida cristiana y el aliento necesario para la misión de la Iglesia.