(LSN/InfoCatólica) «Estos dos jóvenes que arrojaron estos ídolos insípidos al Tíber no han cometido robo, sino que han perpretado un acto simbólico como los que conocemos de los Profetas del Antiguo Testamento, de Jesús -vean la limpieza del Templo- y de San Bonifacio. que destruyó el Roble de Thor cerca de Geismar», dijo el cardenal alemán a LifeSiteNews.
«Estos dos valientes 'macabeos' que han eliminado la 'abominación de la desolación de un lugar sagrado' son los profetas de nuestro tiempo. Dicho en términos seculares, creo que deberían descorcharse botellas de champán», agregó.