(InfoCatólica) El Gobierno de Nigeria proclamó el pasado martes 30 de julio, en un comunicado oficial, que el grupo terrorista islámico Boko Haram había sido vencido. «La postura del Gobierno de Nigeria es que el terrorismo de Boko Haram se ha degradado y ha sido derrotado. El Boko Haram real que conocemos ha sido derrotado», afirmó un representante de la Presidencia del país.
Nigeria es uno de los países más ricos de África y el más poblado del continente, pero la división entre un norte predominantemente musulmán y un sur cristiano y animista ha causado grandes tensiones desde la independencia en 1960, con numerosos grupos paramilitares, revueltas y frecuente violencia. Boko Haram es uno de los grupos armados que han demostrado ser más resistente y que más víctimas mortales y terror han provocado en el país, sobre todo entre los cristianos.
Creado en 2002 por Mohammed Yusuf como grupo religioso, Boko Haram pronto derivó hacia la política y, finalmente, hacia la violencia armada como forma de imponer un régimen estrictamente islámico en Nigeria. Yusuf murió en 2009 mientras estaba en poder de la policía y fue sucedido por su lugarteniente Abubakar Shekau, que actualmente sigue dirigiendo el grupo y que lideró un recrudecimiento de la violencia.
Uno de los rasgos característicos de la banda es el uso de niños y niñas como terroristas suicidas. También son conocidos por el secuestro de mujeres para utilizarlas como concubinas, siguiendo la costumbre de los primeros tiempos del Islam. En 2014 el grupo terrorista llevó a cabo un secuestro masivo de 276 colegialas en la ciudad de Chibok, de las cuales solamente 164 han sido liberadas hasta la fecha. Asimismo, se ha especializado en los ataques contra colegios y contra iglesias y aldeas cristianas, que son blancos poco protegidos.
Se calcula que el número de víctimas mortales de la banda supera las 30.000 (aunque las estimaciones varían muchísimo por la falta de datos), a las que hay que sumar al menos dos millones de refugiados que han tenido que dejar sus hogares. Monseñor Oliver Dashe Doeme, obispo católico de Maiduguri, declaró que los ataques de Boko Haram eran «demoníacos» y, por lo tanto, la lucha contra el grupo terrorista no podía ser meramente física, sino que también tenía que ser «combatido en el plano espiritual».
Después de más de diez años de lucha entre el Gobierno nigeriano y la banda terrorista, el anuncio gubernamental sobre la derrota de Boko Haram ha despertado cierto escepticismo a nivel internacional, porque en el pasado el Presidente Muhammadu Buhari ya se había referido varias veces informalmente esa derrota, sin que la actividad del grupo haya cesado por ello. De hecho, el pasado fin de semana, un ataque liderado por Abubakar Shekau causó 65 muertos en el noreste del país.