(Asia News/InfoCatólica) La mujer, de quien solo se conocen sus iniciales S.M., entró en la mezquita acompañada de su mascota buscando a su marido, que es musulmán y acusando a los responsables del centro de permitirle casarse con otra mujer.
Para los musulmanes el perro es un animal impuro que no puede entrar en sus recintos sagrados. Tampoco se debe entrar calzado.
Los familiares de la mujer han presentado el historial médico que demuestra su enfermedad mental.
El vídeo de lo sucedido llegó a las redes sociales donde se ha producido un gran revuelo. Las autoridades religiosas musulmanas indonesias han tenido que pedir calma.
En un comunicado oficial, el Consejo de los Ulemas indonesios (MUI)- máximo órgano administrativo islámico en el pais- aclaró que las acciones de S. M. se deben considerarse como blasfemia «solamente si son cometidas por una persona sana de mente». En el islam, tener un perro como animal doméstico está permitido con fines de seguridad y para cazar, a cambio de que el propietario esté en grado de tener limpia la propia casa», explica el vicepresidente Yunahar Ilyas. «Las acciones de S. M. -agrega- podrían provocar un conflicto entre musulmanes y católicos. Estamos seguros que los católicos con la mente en su lugar no pensarían cometer deliberadamente un acto tan ofensivo».