(Efe/InfoCatólica) La escalinata del Supremo, en Washington, se convirtió en el escenario principal de la jornada de protestas organizada en respuesta a las leyes aprobadas este año en ocho estados de EE.UU., y en particular a la firmada la semana pasada en Alabama, que prohíbe el aborto en prácticamente todos los casos.
«Esto es algo que el Supremo decidió en los años 70 y que no debería estar ahora bajo ataque», declaró a Efe Mary Tablante, una joven de 27 años que protestaba la capital de los Estados Unidos.
A la medida de Alabama se suman otras leyes aprobadas en Kentucky, Misisipi, Ohio o Georgia, que impedirán abortar una vez que se detecte el latido del corazón del feto, algo que puede suceder cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas.
Por la protesta en Washington pasaron varios aspirantes demócratas a la Presidencia en las elecciones de 2020 -Bernie Sanders, Pete Buttigieg, Amy Klobuchar, Kirsten Gillibrand y Cory Booker-, que lo convirtieron en un tema de campaña.
«Esto es algo que el presidente Trump ha desatado», denunció Gillibrand.
La presidenta de la multinacional abortista Planned Parenthoo, Leana Wen, declaró también a Efe: «Esto es exactamente lo que Trump, Pence y su ejército de políticos antimujeres llevan planeando todo este tiempo. Tienen un plan particular en mente, un plan distópico».
¿Corte Suprema provida?
La configuración actual de la Corte Suprema de Estados Unidos, con una mayoría conservadora, podría provocar un vuelco en la consideración legal del aborto en todo el país. Y dada la avanzada edad de algunos de los magistrados progresistas, existe la posiblidad de que Trump sea el presidente cuanto toque cubrir una vacante, lo cual haría que la balanza se inclinara definitivamente hacia el lado provida.