El Papa recibirá en audiencia al Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

¡Que inutilidad y que desesperación!

Inutilidad porque parecen que no sepan qué hacer y venga a hacer reuniones, audiencias y peticiones de perdón.

Desesperación porque a cada una de esas reunión la prensa se hace eco y da la sensación de que todos los sacerdotes y obispos son unos pedófilos.

Que si, que es absolutamente reprobable ante Dios y los hombres esos abusos y pedir perdón y secularizar a los culpables; pero no estar semana tras semana con estas noticias dando la sensación de que en la Iglesia, más que sacramento de salvación es sacramento de satisfacción sexual.

Y eso es importante, o magnifican los normal o lógico en su caso. No es acaso más importante, que se pongan las pilas y empiecen con la " evangelización ", con la petición de oración intensa, y para que los católicos aumenten su fervor y su asistencia a la Santa Misa; que se propongan impulsar las asociaciones o grupos de laicos, pues estos pueden vivificar a la Iglesia , e incluso aunar esfuerzos para impulsar más vocaciones.

Habria que preguntarse cuantas veces los curas en las homilias, que hablan poco, o muy poco, del pecado, de la condenación o de la Salvación, del valor de los Sacramentos y de la Confesión especialmente, no se han referido nunca, o escasamente, el que las Madres y los Padres propongan la vocación sacerdotal y / o religiosa a sus hijos e hijas, si ven en ellos una minima disposición. Los Padres son los primeros impulsores de vocaciones religiosas y todos lo sabemos.

Recuerdo mencionarlo en ocasiones a abuelas, en tono cordial, cuando iban con nietos : acaso un futuro sacerdote , ¡¡ que va, ni hablar ¡¡, me contestaban de forma educada, pero viendo ese tema puntual como cerrado de antemano, o a las Madres que en la misma situación: ¡¡ que no, que lo que quiero es tener nietos ¡¡.

Señoras, Señores, Padres, ¿ quieren su satisfacción humana en primer lugar o la felicidad de sus Hijos ?. Dejenles ser lo que Dios tenga preparado para ellos, pues nada es casualidad, dejen actuar a la Providencia. Conozco caso de personas con vidas muy desgraciadas, d