(Abc) En la homilía pronunciada durante la Misa de la Paz,celebrada el martes en la parroquia toledana de San Julián, ha vinculado la orientación hacia los extremos a que «en cada período largo de tiempo que ha traído estabilidad se ve una decadencia que se quiere solucionar partiendo de cero, arrasando lo que pueda haber de bueno en lo vivido en los últimos años».
«¿Hay alguna manera de solucionar esto?», se ha preguntado Mons. Rodríguez, que ha dicho a los políticos que a los ciudadanos no les interesan «las luchas partidistas» y ha agregado: «Estamos cansados de que no busquen el bien común y sirvan casi sólo para dividir familias, pueblos, ciudadanos, regiones y a España. Ya sabemos lo que supuso esta postura en el pasado: simplificación, dos Españas, odios irracionales».
Convencido del «grado importante de rechazo» a la actividad política y a los políticos en la actualidad, ha instado a los representantes públicos a «tomar en serio la política en sus diversos niveles local, regional, nacional y mundial» como «una forma eminente de la caridad» en la búsqueda del bien de la humanidad y el respeto de la vida, la libertad y la dignidad de las personas.
Por ello, el arzobispo de Toledo ha precisado a los cristianos, parafraseando a Benedicto XVI, que en las próximas citas electorales «se abre una oportunidad para volver a la fuente y a los puntos de referencia que inspiran la justicia y el derecho».
«Algunos estamos convencidos de que la buena política está al servicio de la paz. Pero son muchos los indicios que nos dicen que esto no es así y que mucho deben cambiar nuestros políticos o el panorama se oscurecerá. Es evidente que se respira un ambiente de desmoralización generalizada. He leído no hace mucho que la política se ha convertido en el reino de la agresión moralista, no en la construcción del bien común», ha lamentado el prelado.
Al hilo de esta idea, se ha mostrado contrario a la actitud de los representantes públicos de «rebuscar en la vida de los opositores para encontrar fallos o errores que permiten ponerlos en la picota» y ha criticado los «discursos de odio» basados en «el afán de ridiculizar el contrario» que, a su entender, «refuerzan la polarización de las posturas». «Cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza, porque se ven condenados a quedar al margen de la sociedad, sin la posibilidad de participar en un proyecto para el futuro», ha aseverado el arzobispo toledano.
Por todo ello, ha animado a los cristianos a hacer ver a los políticos el peligro de «deslizarse hacia los extremos», a evitar que «jueguen» con los ciudadanos con promesas que no pueden cumplir y a exigirles que respeten a la sociedad civil.