(Zenit/InfoCatolica) A las once de la mañana, Benedicto XVI recibió en audiencia al presidente de la República de Bulgaria, Georgi Parvanov, acompañado de una delegación, de la que formaban parte su esposa y representantes de la Iglesia ortodoxa y de la Iglesia católica, entre otros.
Que Bulgaria “contribuya eficazmente a la construcción de una Europa que permanece fiel a sus raíces cristianas”, les dijo, en lengua francesa.
Que “los valores de la solidaridad y la justicia, la libertad y la paz, constantemente reafirmados hoy en día, encuentren en efecto todavía más fuerza y solidez en las enseñanzas eternas de Cristo, traducidas en la vida de sus discípulos de todos los tiempos”, deseó.
El Papa renovó sus “sentimientos de amistad hacia el querido pueblo de Bulgaria, cuyas raíces espirituales –como lo demuestra vuestra visita de hoy- se sumen en la predicación de los copatronos de Europa”, señala el comunicado.
Calificó a los santos Cirilo y Metodio como “fuente de luz y de esperanza” para Bulgaria y destacó que “su legado espiritual ha marcado la vida de los pueblos eslavos”.
“Su ejemplo ha sostenido el testimonio y la fidelidad de innumerables cristianos que, a lo largo de los siglos, han consagrado su existencia a la difusión del mensaje de salvación, trabajando al mismo tiempo en la construcción de una sociedad justa y solidaria”, añadió.
A las once y media, el Papa recibió al presidente de la ex-república yugoslava de Macedonia, Gjeorge Ivanov, con la delegación del país, entre cuyos miembros se encontraban la esposa del presidente y representantes de la Iglesia ortodoxa y de la Iglesia católica.
En lengua inglesa, se refirió a los santos Cirilo y Metodio como “maestros de fe y apóstoles de las poblaciones eslavas”.
”Estamos llamados a conservar el patrimonio de ideales y de valores que ellos transmitieron con las palabras y con las obras”, destacó.
“De hecho, ésta es la contribución más preciosa que los cristianos pueden ofrecer a la construcción de la Europa del tercer milenio, que aspira a un futuro de progreso, justicia y paz para todos”, añadió.
Igual que hiciera al recibir al anterior presidente de Macedonia el pasado mes de enero, el Papa expresó “los sentimientos de estima y amistad que unen a la Santa Sede y la amada población de Macedonia”.
“Vuestra querida patria, marcada por la influencia de estos dos grandes santos, busca convertirse cada vez más en un lugar de encuentro pacífico y diálogo entre sus muchos ámbitos sociales y religiosos”, afirmó.
Benedicto XVI renovó su esperanza en que Macedonia “continúe avanzando en ese camino”.