(El País) La menor les había dicho insistentemente a sus padres que no quería contraer matrimonio con un extraño, un varón de 28 años, pero la pareja continuó adelante con el enlace concertado pese a la negativa de su hija. La investigación ha derivado en la detención de la madre de la adolescente por los presuntos delitos de coacciones y contra los derechos y deberes familiares. El padre, según fuentes policiales, no ha sido localizado todavía.
Toda la familia es de origen marroquí y reside en la localidad malagueña (66.863 habitantes). Según ha informado la policía, el matrimonio se materializó oficialmente en Kenitra, una ciudad ubicada al norte de Rabat. Supuestamente, los padres llegaron a un pacto económico con un hombre de 28 años para que pudiera casarse con ella. Las pesquisas han determinado que se habría sobornado también a alguna autoridad local para que la boda se consumara.
Lo que se formalizó en ese momento en el municipio norteafricano fueron los trámites legales del casamiento, pero no hubo una celebración con los familiares y allegados, que suele durar varios días. La familia regresó a España y la menor, después, se negó a regresar a Marruecos para los festejos de la boda. Sus padres supuestamente comenzaron a reprocharle su actitud y a presionarla. «La amenazaron con dejarla en su país de origen y con quitarle su documentación y que no pudiera seguir sus estudios en España», añaden las fuentes.
Fue entonces cuando la chica se decidió a denunciar los hechos ante la policía. Los agentes detuvieron a la madre y, tras tomarle declaración, quedó en libertad con cargos por los presuntos delitos de coacciones y contra los derechos y deberes familiares. La víctima se encuentra en un centro de protección de menores. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de Estepona es el encargado de las diligencias, de las que también se ha informado a la Fiscalía de Menores.