(G. Sánchez de la Nieta/Gaceta) Es difícil proponer soluciones para un sistema educativo mediocre. No diría que la ensañanza ha empeorado, simplemente está estancada desde hace años en un nivel bajo”, dice Juan Carlos Rodríguez, investigador de Analistas Socio-Políticos, profesor de sociología de la Universidad Complutense de Madrid y coautor de Los padres ante la educación general de sus hijos en España, un estudio patrocinado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). De los resultados de una amplia encuesta concluye que “la mitad de los padres cree que el nivel de conocimientos que se exige hoy a los estudiantes es demasiado bajo”.
¿Cómo influye el nivel educativo de los padres en el rendimiento escolar de los hijos?
Influye bastante pero no es determinante y deja sin explicar bastante de la variación del rendimiento. Hay condicionantes que están asociados al nivel educativo de los padres (tener una biblioteca amplia en casa, ayudar a los hijos con los deberes...) y que probablemente sean los que, efectivamente, influyen sobre el rendimiento. La ventaja es que, en buena medida, son elegibles o imitables por otros padres y que por tanto ayudarían a mejorar este rendimiento.
¿Cree que los padres se implican lo suficiente en la educación de los hijos?
La implicación es mayor que hace ocho años. Hoy en día, son más los padres que ayudan a sus hijos a hacer los deberes, les toman la lección, leen con ellos en voz alta, les acompañan al teatro, etc. En mi opinión, esto se debe, en parte, a un discurso público cada vez más habitual en el sentido de lo que pueden aportar los padres al aprendizaje escolar de sus hijos.
El estudio realizado demuestra que los padres son partidarios de una mayor libertad para elegir centro…
Efectivamente, ha aumentado el porcentaje de padres que apuesta ahora por el cheque escolar. En el año 1998, un 48% se mostró partidario de este sistema formulado de la manera más general posible, es decir, el Estado te da una cantidad de dinero para elegir un colegio y las familias eligen el que quieren. En 2008, el porcentaje ascendió al 68%. Puede ser un indicio de que los padres demandan más libertad de elección. Sin embargo, es un tema del que se habla poco. Apenas lo defiende con cierta coherencia la patronal de los centros privados.
¿Cree que libertad de elección mejora los resultados?
Los datos de nuestro estudio revelan que cuando los padres se preocupan más de escoger el colegio —preguntan a amigos y conocidos, buscan información, consideran más centros, etc,— sus hijos obtienen mejores resultados. Esto puede ser indicio de que son padres más implicados en la educación de sus hijos o de que, efectivamente, aciertan más en la elección. Estos padres suelen fijarse no sólo en la cercanía del centro al hogar, sino en criterios como la calidad de cada centro.
El estudio concluye que los padres no están de acuerdo con el nivel de exigencia de los colegios. ¿Cómo se puede mejorar?
Efectivamente, un 46% de los padres considera que el nivel de exigencia en los colegios es bajo, aunque un porcentaje similar piensa que es adecuado. Acerca de la solución, me cuesta pensar en medidas concretas, pues caben soluciones distintas para los mismos problemas. Habría que pensar en una estructura curricular de contenidos sensata, en la que crezca el grado de dificultad y la riqueza de los contenidos culturales que se transmiten, de modo que aumenten progresivamente el reto que presentan y su interés.
¿Cree que la LOE favorece esta exigencia?
Los cambios legales son menos importantes de lo que parecen. Lo importante es lo que ocurre en el aula entre el profesor y el alumno. Al margen de la ley, se puede optar por un programa más exigente y adaptar la manera de enseñar, y el ritmo de aprendizaje, de manera que se queden menos niños y adolescentes en el camino. Las leyes pueden hacerte esa tarea más difícil, pero siempre queda un margen de maniobra que se puede aprovechar.