(LifeSiteNews/InfoCatólica) El cardenal Christoph Schönborn, uno de los asesores más cercanos al Papa Francisco, ha dicho en una entrevista que la ordenación de mujeres para los roles de «diáconos, sacerdotes y obispos» puede ser decidida por la Iglesia en Concilio. La enseñanza constante de la Iglesia es que la ordenación de mujeres no es posible y que la enseñanza es irreformable.
En declaraciones a Salzburger Nachrichten, el cardenal Schönborn dijo: «La cuestión de la ordenación [de las mujeres] es una cuestión que, claramente, solo puede ser aclarada por un Concilio. Eso no puede ser decidido por un Papa solamente. Esa es una pregunta demasiado grande como para que pueda decidirse desde el escritorio de un Papa». Las citas las tradujo primero Maike Hickson en OnePeterFive.
Cuando el periodista preguntó si Schönborn se refería a la ordenación de mujeres como sacerdotes, Schönborn respondió: «como diáconos, sacerdotes, obispos».
Schönborn, quien fue elogiado por el Papa Francisco como un «gran teólogo» y le afirmó que su interpretación sobre la controvertida exhortación del Papa, Amoris Laetitia era la autorizada. Previamente ha expresado su inclinación a ordenar mujeres. «Puedo entender el malestar que sienten las mujeres cuando solo ven a los hombres concelebrar» , dijo el año pasado.
El Papa Francisco también ha expresado una vaga apertura a tales consideraciones. En una entrevista en marzo de 2016 con Die Zeit , se le preguntó al Papa sobre la devastadora falta de sacerdotes en Alemania y Suiza. «Sí, ese es un gran problema», respondió. «Muchas parroquias tienen mujeres que se portan bien: se quedan el domingo y celebran las liturgias de la palabra (Wortgottesdienste), es decir, sin la Eucaristía. El problema es, de hecho, la falta de vocaciones. Este problema debe ser resuelto por la Iglesia».
En agosto de 2016, el Papa Francisco estableció una comisión de 12 miembros para estudiar el tema del diaconado femenino, que incluía al principal defensor mundial de la ordenación de mujeres diaconos: Phyllis Zagano.
Al principio de su pontificado, el Papa Francisco sorprendió a los católicos lavando los pies de las mujeres en la Misa del Jueves Santo de la Cena del Señor. El lavado simbólico de los pies por parte del celebrante de la Misa es para conmemorar el lavado de los pies de Sus Apóstoles por parte de Cristo al establecer el sacerdocio. En enero de 2016, modificó oficialmente la práctica de la Iglesia para permitir lavar los pies de las mujeres en el Jueves Santo.
En 1994, el Papa San Juan Pablo II enseñó de forma autorizada que la cuestión de la ordenación de las mujeres no estaba abierta para discusión en la Iglesia. En Ordinatio Sacerdotalis, el Papa escribió:
«Si bien la doctrina sobre la ordenación sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea conservada por la Tradición constante y universal de la Iglesia, y sea enseñada firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera discutible, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación.
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».