(Info-RIES/InfoCatólica) La inauguración será, probablemente, en el otoño 2009, con más de tres años de retraso sobre las primeras previsiones. Es una edificio de superficie realmente grande que el negocio religioso de la Iglesia de la Cienciología sitúa en los números 100-103 del bulevar de Waterloo, en pleno corazón de Bruselas.
Diseñados por un prestigioso despacho de arquitectos de Atlanta -Gensler & Associates, que ha firmado entre otros la Torre de Shanghai (632 m)- los planos han sido aprobados para el primer bloque (el número 100), con repercusión en las empresas belgas que van a garantizar con su presencia la realización práctica.
Le Soir tuvo conocimiento de estos planos: seis plantas, más de 2.200 m2 de oficinas totalmente informatizadas verán pronto la luz, con salas de ensayos y audiciones con “electrómetro”, saunas para “purificaciones” recomendadas por Ron Hubbard (el padre de la Cienciología), etc. Una realización inmobiliaria que no tendría ninguna repercusión pública si, en Bélgica, la Iglesia de la Cienciología ASBL no fuera objeto de dos instrucciones por estafa, una de ellas por el ejercicio ilegal de la medicina y farmacia, de violación de la ley sobre la vida privada y de organización criminal.
“Prefiero que el nombre de nuestra sociedad no aparezca”, nos dice An Dewulf, uno de los arquitectos del despacho belga que se encarga de la coordinación de la obra. Y tiene sus motivos: aunque la obra sea prestigiosa, aunque la Cienciología no repare en gastos (por centenas, mesas y sillas llegarán de Estados Unidos en decenas de contenedores marítimos), el “nº 100 bulevar de Waterloo” sigue vinculado a los intentos de desalojo, por la fuerza, de okupas en el otoño 2006. Y la imagen de la Cienciología está empañada por sus problemas judiciales.
Jurídicamente, como persona moral, demandada en un primer dossier como “organización criminal”, inculpada en otro dossier por estafa, ¿puede arriesgar tal inversión inmueble en el centro de Bruselas? Cada entidad cienciológica utiliza una personalidad distinta. Así, la sede europea de la Cienciología, situada en la calle de la Ley, “es una entidad jurídica diferente de las otras iglesias” de cienciología en el mundo, nos explica su portavoz Fabio Amicarelli. El mismo escenario en el caso del nº 100 bulevar de Waterloo: el maestro de obra no es belga, pero la sociedad está registrada en el paraíso fiscal de Delaware (Estados Unidos) denominada Belgian Buildings Acquisitions Inc. Así, en el caso de que esta asociación belga sea demandada, será muy difícil embargar el inmueble.
Está claro, por lo tanto, que se realizarán en él las mismas audiciones, las mismas conductas que han justificado la apertura de instrucciones judiciales en 1997 y 2008. Si los sótanos se reservarán para salas de reunión (hasta 144 plazas), en los pisos 1º, 2º y 4º habrá salas dedicadas a la práctica del “electrómetro” (un instrumento para medir, palmo a palmo, lo turbio de una persona), la 3ª planta dispondrá de decenas de pequeñas oficinas y también de dos saunas y espacios para fitness. La planta baja y una parte del 1º acogerán los escaparates. Al mismo nivel habrá tres salas de proyección, dos cafeterías, un dispositivo audiovisual específico de la Cienciología, previsto en el 1º.
Según la jerga de la secta lo que se pretende es establecer en Bruselas un “ideal org”, una organización ideal: es decir, un inmueble de prestigio, del que la organización es propietaria, y que puede reunir los servicios para todos sus adeptos. “Otras organizaciones ideales están en construcción en Europa y en el resto del mundo, nos comenta el portavoz: Roma, Pretoria, Durban, México City, Montreal, Portland, Boston, Filadelfia y Manchester”.
A la apertura de esta organización ideal podría responder, en el mismo momento y a unos cientos metros de allí, la apertura de un proceso ejemplar. Se puede soñar.
Alain Lallemand
De 200 a 18.000 euros para aprender las enseñanzas de la Cienciología
El informe de la Comisión parlamentaria contra las prácticas ilegales de las sectas (1997) establece que la Cienciología es una secta que, en un halo de ciencia-ficción, ofrece prácticas de psicología. El dinero en ella, tiene un papel singular: las primeras enseñanzas cuestan unos 200 euros, pero pueden alcanzar enseguida los 18.000 euros. “Para financiar estas formaciones, se incita a los miembros a pedir préstamos personales o a firmar recibos de deudas” o “a vender bienes inmobiliarios”. Así “algunos adeptos serían inducidos a hacer más de 15 horas al día” no sólo gratuitamente, sino además arruinándose financieramente.
Las dos instrucciones judiciales abiertas en Bélgica van demostrando, en este sentido, una notable continuidad infractora: la Iglesia de la cienciología dice “reclutar” por anuncios, pero no paga salarios: un proselitismo que ella llama “liberación”.
Por lo que sabemos, en bulevar de Waterloo, sólo están previstas dos cajas registradoras, ¡las de las cafeterías! Pero la Cienciología acepta cheques y recibos de deudas de acreedores…
