(DiarioÁvila/Info-RIES) Vicente Jara, encargado de clausurar el ciclo que la Asociación de Alumnos y Ex-Alumnos de la Universidad de la Experiencia ha dedicado a Santo Tomás, lleva 15 años estudiando el tema de las sectas, primero de forma autónoma y desde hace algún tiempo de manera asociada a través del Servicio de Sectas del Centro Ecuménico de Madrid. En 2005, junto a otros expertos, fundó la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), la red más grande que sobre este tema existe en el mundo.
- ¿El problema de las sectas es tan alarmante como se pinta?
- No se trata de un problema extensivo sino intensivo por cuanto no es que afecte a un volumen importante de población pero, a quien le afecta, le conlleva un sufrimiento enorme. Además, no sólo afecta al captado sino también a su familia que sufre una disfunción enorme que, en no pocas ocasiones, llega a fracturar la propia estructura familiar.
- ¿Podríamos hablar de un perfil de persona más susceptible de ser captada por una secta?
- Durante un tiempo se pensó que así era, pero nos hemos dado cuenta de que no hay un perfil concreto. Lo que ocurre es que hay muchas sectas y de algún modo todos podemos caer en una porque éstas se mimetizan con los gustos e intereses de las personas, enmascarándose en otro perfil que no es el real. Así, hay sectas de carácter más religioso, místicas, otras más ligadas a lo misterioso, las hay que están relacionadas con lo oculto, filosóficas, filantrópicas... Así que todas las personas, seamos como seamos, somos susceptibles de caer en una secta.
- Entonces, ¿qué sucede para que alguien se deje engañar?
- Si bien es cierto que no existe un perfil, lo que sí tiene que haber es un elemento de crisis; por un problema laboral, familiar, sentimental, económico...
- Visto así, el momento actual es muy peligroso...
- Sí, en este momento de crisis económica se está creando un buen caldo de cultivo para que las sectas actúen. De hecho, ya hay varios sociólogos que han alertado sobre esto; ahora hay muchas sectas que, aunque ya existían, están modificando su perfil para anunciarse como grupos de ayuda al empleo o centros de formación laboral.
- ¿La inmigración ha contribuido a la proliferación de sectas en nuestro país?
- Sí, por dos motivos: porque los inmigrantes han traído las sectas de sus países y porque muchas sectas que había aquí se han aprovechado de la situación de crisis de los inmigrantes.
- ¿Se sabe cuántas sectas operan en nuestro país? ¿Y adeptos?
- No se conoce el número de sectas que actúan en nuestro país pero podríamos estar hablando de un centenar. En cuanto a los adeptos, algunos estudios apuntan que el 1% de la población española, unas 400.000 personas, pertenece a una secta, aunque la mayoría pertenecen a dos grupos: los Testigos de Jehová, con unos 100.000 adeptos, y los mormones, con 40.000 personas.
- ¿Qué hacer para no caer?
- Ante grupos que no conocemos, debemos consultar con organismos para ver qué hay detrás.