(Actuall) «La Iglesia es homófoba y su forma de pensar debe desaparecer», «El portal de Belén es homófobo porque no representan a los homosexuales», y otras expresiones semejantes son las que se oyeron en el colegio Carmelitas de San Fernando en diciembre, antes de las vacaciones, en el transcurso de un taller pretendidamente sobre Derechos Humanos, que la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía impartió a petición del colegio.
Este taller originó consternación en algunas familia y revuelo en las redes sociales y medios de comunicación, llegando a medios de comunicación de carácter nacional e internacional.
La dirección del centro envió a los padres y a la Prensa una nota que contradecía el testimonio de varias familias que oyeron cómo sus hijos les relataban lo ocurrido, y constataron en este relato cómo las tutoras habían abandonado el aula a petición de la activista de esta asociación.
En estos días ha vuelto al colegio esta asociación, levantando de nuevo la inquietud de las familias. Debido a esto, varias de ellas han confluido para presentar un escrito de protesta a la dirección del centro, que en ningún momento quiso escucharles ni atender a razones, a pesar de que se agradecía que esta vez hubieran tenido el gesto de informar previamente a los padres sobre este taller.
Califican a los niños de mentirosos
En ese escrito se critica la «falta de sensibilidad del Centro ante las quejas de los padres, al continuar impartiendo el taller en el que se ataca reiteradamente a católicos y a la doctrina de la Iglesia», y también se traslada la queja de que el centro «califica a sus propios alumnos de mentirosos y evita reconocer la verdad de sus testimonios». Así mismo, presentan su descontento porque se vulnera «el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus valores y creencias». Finalmente, el texto pide que en caso de que fuera necesario impartir talleres sobre estos temas, lo haga una institución cualificada de la Iglesia.
A este respecto, algunos de estos padres han declarado que «somos y nos sentimos parte de un colegio católico, que tiene un ideario basado en el humanismo cristiano, que elegimos al traer y matricular aquí a nuestros hijos desde Educación Infantil. Por tanto nos duele y no nos parece de recibo que se le abra la puerta a este tipo de asociaciones que –independientemente del bien que puedan hacer en otros aspectos sociales- tienen una ideología marcadamente marxista, radical, de ideología de género, pro-abortista, y han criticado abiertamente a la Iglesia, como se puede apreciar a simple vista en su página web».
Y continúan interpelando a la dirección del colegio: «¿Quiénes son los que están educando a nuestros hijos, a quiénes están dejando entrar en «nuestra casa»? ¿No hay instituciones en la Iglesia, o con ideario de valores sólidos, que puedan venir al colegio, desde la óptica cristiana? ¿Qué diferencia hay entonces con los colegios públicos? Ni siquiera en ellos está permitido abandonar el aula a un profesor».
Y prosiguieron comentando que «defendemos el respeto a todos, al diferente, a cualquier tendencia sexual; hay familias numerosas donde se aprende a compartir, a respetar… ¿es realmente necesario que venga esta asociación laicista a dar un mensaje de género y de auténtica cristianofobia a nuestros hijos, precisamente en un colegio que debería defender la fe?»
Una asociación laicista que defiende el aborto
Se da la circunstancia que la APDHA se opta inequívocacamente por la escuela pública en detrimento de la concertada, como se puede leer es su página oficial: «En la APDHA defendemos la Escuela Pública porque es la única que garantiza o puede garantizar que el derecho a la educación (a una educación integral, laica, gratuita y de calidad) llegue a todos los niños y niñas».
También se defiende claramente el aborto como un derecho. Y se postulan sin ningún tipo de ambages planteamientos del feminismo más radical, aparte de optar por ideas políticas partidistas, todas cercanas o completamente identificadas por el marxismo.
Los portavoces de estos padres concluyeron que «nos oponemos como cristianos -o simplemente como padres con principios no negociables– a que esta asociación siga entrando más en el colegio de nuestros hijos, por ser claramente una entidad perteneciente a la izquierda más radical y laicista. Y nos reservamos el derecho de acudir en amparo directamente a otras instancias, como el obispo diocesano».