(Fides) El P. Zagore asegura que «los cristianos de la República Democrática del Congo, encabezados por el episcopado congoleño, seguirán sorprendiendo al mundo, y a África en particular, por su compromiso político explícito y franco. Nunca en la historia de nuestras Iglesias africanas los cristianos han estado tan decididos a decir proféticamente `No´ a la política por su egoísmo mortal».
El sacerdote comenta: «Los cristianos del Congo están escribiendo una nueva página en la historia del cristianismo africano. Un cristianismo que ahora se niega a ser encerrado en las sacristías; que se niega a ser cómplice de la política rompiendo el silencio para que la muerte no sea la última palabra; que abraza el martirio en defensa de la justicia y la verdad; un cristianismo que dice ser profético mientras que no deja de estar cerca de los pobres y con los pobres, la única llama que aún brilla en las profundidades de la oscuridad; un cristianismo que renuncia a su comodidad, que acepta ensuciarse las manos».
«Luchar por la libertad, la verdad y la justicia es ahora un acto de salvación, así como una vocación fundamental de cada hombre y cada cristiano en particular. Es hora de que nuestras comunidades eclesiales se hagan sentir, guiadas por pastores que son profetas, que no teman profanar la blancura de sus ropas con la sangre de la lucha por un África donde la vida es preferible a la muerte, el amor al odio, la paz a la guerra», continúa el p. Donald.
Comentando el llamamiento de los obispos congoleños sobre el secularismo, el sacerdote informa: «La crisis en Congo, en Kinshasa, donde los obispos católicos han pedido nuevamente y abiertamente que se detenga cualquier impostura política, resurge de la espinosa cuestión de la naturaleza apolítica de los religiosos frente a la naturaleza secular de la religión del estado».
«El hombre africano es religioso por naturaleza, dice John M'biti. Lo que significa que sería ilusorio, incluso utópico, pretender construir un universo sociopolítico en África, queriendo a toda costa sofocar la voz de los religiosos. La religión ocupa un lugar destacado en la vida cotidiana del hombre africano. Una realidad que se impone a la política», observa el misionero.
«Cuando hablamos de laicidad del estado, simplemente nos referimos a una estructura legal que, en principio, debería permitir a todos, creyentes y no creyentes, vivir juntos. Una convivencia que tiene su origen y está enraizada en los valores fundamentales de la justicia, la verdad y la democracia. Cuando en un estado, estos valores fundamentales de justicia, verdad y democracia, que deben constituir la estructura de la convivencia, son pisoteados por una política desprovista de toda moral y dignidad humana, los religiosos no pueden en ningún caso fallar en su misión profética».
Por lo tanto – concluye el p. Zagore – el llamamiento de los obispos congoleños no es de ningún modo «un ataque al principio de laicidad del Estado congoleño, sino un acto profético que quiere combatir con todas las fuerzas la dictadura del poder de la política»