(El País) Al otro lado de la cercana frontera de Irak, el Ejército de Bagdad expulsó a los yihadistas del principal paso internacional y se apoderó de Al Qaim, única ciudad que los yihadistas mantenían aún en su poder. El califato territorial se extingue y amenaza con transformarse en un centro virtual de terror.
El Estado Islámico encadena cinco meses de derrotas tras la perdida de Mosul, en el norte de Irak, donde su líder, Abubaker al Bagdadi, proclamó el califato en junio de 2014. El califato llegó a extenderse entonces a caballo entre Siria e Irak en un territorio equivalente a Italia y con siete millones de habitantes. La simbólica caída de Raqa, que fue su capital en el noreste de Siria, marcó hace dos semanas el inicio de su agonía. Entre 3.500 y 5.500 milicianos del ISIS se han reagrupado aguas abajo del Éufrates, según la coalición internacional antiyihadista encabezada por Estados Unidos, donde permanecen acosados a ambos lados de la frontera.
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